El CEO de Negocio del Mallorca, Alfonso Díaz, junto a Aritz Aduriz, adjunto a la dirección deportiva, en el palco de Butarque durante el partido del sábado contra el Leganés. | Carlos Gil-Roig

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Si el fútbol es un estado de ánimo, el del Real Mallorca ha quedado restaurado después de la parada en Leganés. La primera victoria del curso, argumentada con una gran actuación colectiva y rematada con un gol de Dani Rodríguez, aclaró muchas de las dudas que por imagen y resultados había despertado en las tres primeras jornadas el equipo de Jagoba Arrasate y le devolvió a la afición parte del entusiasmo perdido desde entonces, alimentado a su vez por un cierre de mercado decepcionante.

El mallorquinismo no había quedado del todo satisfecho con los últimos movimientos de la dirección deportiva. De los seis jugadores incorporados al proyecto tres llegaban en el último momento, ninguno era una primera opción y su paso por el club no tendrá demasiado recorrido. Robert Navarro llega en propiedad pero solo ha firmado hasta el mes de junio y Valery Fernández y Chiquinho lo hacen a préstamo y sin una opción de compra pactada.

Por otra parte, tampoco ha caído demasiado bien entre la afición que Aritz Aduriz, adjunto a la dirección deportiva, acudiera como embajador de la UEFA al sorteo de la Europa League, cuya final se jugará en Bilbao, coincidiendo con el último día de mercado de fichajes.