Antonio Raíllo saluda a los aficionados del Real Mallorca. | Pere Bota

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Hay futbolistas intocables en un equipo por lo mucho que aportan al juego, pero también por su presencia, carácter y capacidad de liderazgo. Son sencillamente indiscutibles por su talento y por que son la red de un equipo. No hay muchos que reúnan esas características y que además tengan un sentido de pertenencia al club. En el Mallorca Antonio Raíllo Arenas abraza todas estas virtudes y muchas más. Es un jugador de etiqueta, un futbolista que ha jugado con todos los entrenadores que ha tenido desde que llegó en 2016 para convertirse en uno de los futbolistas sin duda más importantes en la historia moderna del Mallorca.

Jerarquía, solvencia y mando se unen en el central cordobés que este año lo ha jugado todo en los trece partidos que ha disputado hasta la fecha el conjunto isleño.Tentado en muchas ocasiones para abandonar la Isla, el Mallorca siempre ha conseguido retenerle y el futbolista siempre ha crecido más y más. Y sigue creciendo.

Raíllo tiene la capacidad de ponerse el equipo a la espalda desde el vestuario, tira del carro independientemente de que las cosas vaya bien o mal en los partidos y no se arruga. Transmite. Y eso es fundamental en un grupo que requiere siempre de gladiadores como él a los que agarrarse para inclinar el campo a su favor. Junto a Martín Valjent forma uno de los ejes de la zaga más importantes de la Liga. Y es que quien juega junto a Antonio mejora.

Copete también ha dado pasos adelante en su fútbol y en gran parte es precisamente por la presencia de Raíllo cerca. No ha sido un transitar fácil desde su llegada a la Isla ni un camino de rosas. Vivió la cara oscura con dos descensos, pero por contra disfrutó también de tres ascensos. Cuando uno vive tantas cosas en un mismo club eso termina imprimiéndote carácter y la afición termina agradeciéndotelo como lo hace cada fin de semana. Merecedor de una título de Copa que el fútbol le negó al Mallorca en Sevilla, Antonio ha disputado 268 partidos vistiendo la camiseta rojilla anotando 16 goles.

Pero más allá de los números, lo realmente importante de cordobés es lo mucho que aporta en su juego. Una trayectoria que debería haber tenido el premio de la internacionalidad, una circunstancia que se le ha negado y que a todas luces es claramente una injusticia.

Con el sistema de Jagoba Arrasate el equipo juega ahora menos protegido atrás en según qué encuentros y eso ha motivado que también la defensa haya tenido que dar un paso adelante y ahí ha estado también Raíllo. Lo cierto es que el trabajo defensivo atrás es sobresaliente y destaca mucho más por los aciertos que por los errores.

Pablo Maffeo está brillando a un nivel altísimo, también Mojica se ha adaptado con una rapidez absoluta y en el centro el trío formado por el propio Antonio junto a Valjent y Copete ofrecen una seguridad indiscutible.

Además exhiben valentía a la hora de subir arriba y son parte fundamental de la buena trayectoria que está firmando el Mallorca. Resta un mundo por delante, pero lo cierto es que el equipo ha brillado en muchos de los partidos disputados. Es cierto que no en todos ha mantenido el mismo nivel, pero por encima de todo el equipo se está mostrando fiable y en gran parte es gracias a que un jugador como el capitán exhibe unos galones que le confieren una presencia fundamental en el equipo.