El caso de Chiquinho es uno de ellos. El futbolista ha demostrado muy poco, aunque lo cierto es que no gozado de apenas continuidad y eso siempre mina la posibilidad de abrir el tarro de las esencias por parte de los jugadores. Sin embargo, la calidad en las bandas es elevada y eso hace que la posibilidad de que el futbolista regrese a su club de origen se valore en estos momentos. Sería una buena opción para el propio profesional y tamibién para el club. El futbolista puede pasarse un año prácticamente sin jugar y eso no es bueno ni positivo para nadie.
Chiquinho fue el sexto y último futbolista que inscribió el Real Mallorca en LaLiga antes de que concluyera el plazo para la primera parte de la temporada 2024-25. El portugués, de 24 años llegó con la vitola de también poder jugar en los dos extremos, pero su rendimiento ha sido más bien bajo. Pertenece al Wolverhampton, aunque la temporada pasada jugó cedido en el Famalicao, con el que marcó cinco goles en 27 encuentros.
En este principio de curso ha disputado seis minutos en la Premier League (en la derrota de la primera jornada contra el Arsenal) y un partido completo en la EFL Cup contra el Burnley. Sin embargo, el lugar en el que más brilló Chiquinho fue en la máxima categoría portuguesa, en la que además de actuar durante los últimos meses con el Famalicao antes lo había hecho con el Estoril.
Su llegada a la Isla vino a poner la guinda a una plantilla se unió a los de Mateu Morey (Borussia Dortmund), Takuma Asano (Bochum), Johan Mojica (Villarreal) y Robert Navarro (Real Sociedad) y Valery Fernández (Girona) y venía a poner la guinda a la primera plantilla, pero esa guinda en ocasione no es del sabor que se esperaba y entonces hay que variar el plan inicial.
Quien también está viviendo una situación difícil es otro de los extremos del primer equipo, Javi Llabrés, que ya fue cedido hace dos temporadas al Mirandés y este curso le vuelve a costar mucho tener continuidad en el equipo. Robert Navarro, Asano, Dani Rodríguez, Sergi Darder están por delante de él y en el esquema que habitualmente utiliza el entrenador, hacerle un espacio es verdaderamente difícil. El potencial de un futbolista como el mallorquín es innegable, pero necesita también jugar y tener continuidad. Queda por conoce qué ocurrirá con Van der Heyden porque si bien su participación es también es testimonial y vería bien una salida, en su caso sí habría que reforzar la posición en caso de que abandonara el equipo. Solo con Copete, Raíllo y Valjent no sería suficiente o sería jugárselo mucho.
En esta ecuación resta por conocer si también entrará Daniel Luna, cuyo papel estaba llamado a ser muy importante cuando lo fichó el Mallorca, pero no está siendo así. De ahí que tal vez durante el primer mes del año 2025 y entre las emociones de la Copa y de la Supercopa, en los despachos el trabajo se centre en perfilar cómo quedará la plantilla que afrontará la segunda e intensa segunda vuelta de la temporada.
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