El número uno del mundo necesitaba ganar un solo set para evitar en la penúltima ronda al serbio Novak Djokovic, número dos del ránking y primero del Grupo B antes de jugar mañana contra el francés Richard Gasquet.
Nadal se impuso en el primer parcial con aparente facilidad a Berdych, que queda fuera del torneo en favor del suizo Stanislas Wawrinka, y se relajó una vez logrado el objetivo de evitar al número dos del ránking, lo que le obligó a emplearse a fondo en el último set para asegurarse su tercera victoria en el torneo.
El español ya ha sumado en esta Copa de Maestros los puntos necesarios para mantener el número uno del mundo al final de temporada por tercera vez en su carrera, su primer propósito en Londres, y lucha ahora por hacerse con uno de los pocos títulos relevantes que faltan en su palmarés.
Esta es la sexta ocasión en la que Nadal disputa el torneo que clausura la temporada -en 2005, 2008 y 2012 se clasificó pero estaba lesionado-, y por segunda vez ha cerrado la fase de grupos sin ceder un solo partido. Es el mismo inicio de campeonato que firmó en 2010, cuando alcanzó su única final hasta ahora en la Copa de Maestros, que perdió ante Federer.
Tras batir a su compatriota David Ferrer el martes (6-3 y 6-2) y a Wawrinka el miércoles (7-6(5) y 7-6(6)), Nadal se enfrentaba hoy a un rival al que ya había tumbado en los últimos quince encuentros entre ambos.
Berdych encadenó tres victorias ante Nadal en tres Masetrs 1.000 -Cincinnati, Toronto y Madrid-, pero esa racha se remonta al año 2006. Desde entonces, el checo, que hoy amagó con amargarle la noche al español en el segundo set, no ha vuelto a superar al actual número uno.
Resguardados del frío y la lluvia que caía esta noche sobre Londres por la cubierta del pabellón O2 Arena, cerca de 15.000 espectadores asistieron a un inicio de partido en el que Nadal, a pesar de jugar en una pista que favorece más a sus rivales, no dejó pasar ni un juego antes de imponerse al resto.
Al checo le costó entrar en el partido y vio cómo el español le devolvía con eficacia los servicios en los primeros juegos, si bien a medida que avanzó el encuentro comenzó a afinar su raqueta (el noveno juego lo ganó en blanco con dos saques directos).
Con todo, Berdych sufría para devolver la bola cuando Nadal le obligaba a hacer continuos desplazamientos laterales. El español prefería lanzarle tiros envenenados a uno y otro lado de la pista que jugársela a las líneas.
El checo necesitaba ganar para no quedar fuera de las semifinales y en ocasiones parecía que le podía la responsabilidad: cometía demasiados errores en bolas poco comprometidas y sufría más de la cuenta al resto.
Nadal se impuso sin forzar la máquina en el primer set, con lo que aseguraba su primer puesto en el grupo y, a partir de ahí, todo cambió. Al español le dejaron de entrar las bolas y el checo se convirtió en un sacador casi imbatible que en apenas 20 minutos se puso 5-0 por delante en el segundo parcial y en media hora clavó su undécimo saque directo para llevarse el set.
El español se vio obligado a empezar de cero en un tercer parcial en el que recuperó la concentración y, tras poco más de cuarenta minutos, enderezó el partido y solventó la papeleta ante Berdych.
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