Si en su primer partido contra el argentino Juan Monaco, Nadal acabó hecho un torbellino para derrotarle por 6-1 y 6-0 en 68 minutos, ante el veterano finés de 32 años, con la pista Manolo Santana al completo (algo más de 12.000 espectadores), su juego continuó en tromba, hasta el 3-0 del segundo set.
«Con 6-1 y 3-0 he jugado el mejor nivel de tierra desde Montecarlo», admitió feliz el español, «luego he parado un poquito y he cometido algunos errores. El tema es encontrar el ritmo y el nivel. Hoy he hecho las cosas que tenía que hacer, aunque hay que conseguir algo más de regularidad».
Nieminen dio más ritmo a Nadal, algo que el balear necesitaba, y el de Manacor encontró más chispa en sus piernas. La racha de ocho juegos que endosó al jugador de Masku fue de lo mejor del encuentro, con un Nadal castigador con tiros cruzados al revés de su rival, bola picando alto como a él le gusta y con un servicio capaz de tranquilizarle para dominar luego el punto con solvencia.
Con la infanta Elena, el portugués del Real Madrid Cristiano Ronaldo y el pentacampeón del Tour Miguel Induráin en las gradas, Nadal jugó en ese intervalo un tenis casi perfecto, pleno de concentración.
Estaba el español tan prendido del encuentro que en uno de los intercambios, en su empeño de golpear en carrera y devolver lo que parecía imposible, terminó impactando la raqueta contra su cara.
Dominaba Nadal por 6-1 y 3-0 cuando Nieminen despertó y poco después, coincidiendo con una bajada de intensidad de Nadal, el finlandés fue capaz de romperle el saque en el quinto juego.
Fue ese lapsus de intensidad de Nadal lo que permitió a Nieminen meterse algo más en el encuentro y acosar con timidez, aunque no lo suficiente para salvarse de su octava derrota frente al español, ésta en una hora y 19 minutos.
En cuartos, el checo Tomas Berdych, finalista en Oeiras (Portugal) sobre tierra, que venció al ruso Grigor Dimitrov por 3-6, 6-3 y 6-2, puede ser la piedra de toque para saber el verdadero momento de Nadal.
El de Manacor tiene un balance de 17 victorias y 3 derrotas frente al checo, al que ha ganando en los 16 últimos enfrentamientos entre ambos, un tramo victorioso que se inició en 2006 en el Rockódromo de la Casa de Campo, en pista dura y cubierta, cuando Berdych mandó callar al público madrileño y Nadal le dijo que era «un mal chico». Ha habido cinco duelos en tierra y Rafa los ha ganado todos.
Tambien avanzó a cuartos el japonés Kei Nishikori, campeón en Barcelona, al derrotar al cañonero canadiense Milos Raonic, que a pesar de tener problemas en el hombro derecho, conectó doce saques directos, pero cedió ante el tenis agresivo del nipón por 7-6 (5) y 7-6 (5).
Nishikori espera rival del duelo de hoy entre el español Feliciano López y el austríaco Dominic Thiem, verdugo del suizo Stanislas Wawrinka.
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