Desde su invención por Simon Kuznets hace casi un siglo, el PIB (Producto Interior Bruto) es la medida económica más conocida y utilizada para reflejar -en un solo número- la riqueza de un país o de una región. Desde entonces, y periódicamente, las sociedades avanzadas nos tomamos regularmente la «temperatura económica» que esa cifra resume, y lo hacemos como si de un termómetro clínico se tratase. Observamos, de esta forma, actividad febril o, por el contrario, que ésta se desploma o congela. Por eso, el resultado oficial, y su evolución temporal en forma de gráfica, se ha convertido en el alimento básico de los titulares más llamativos de periódico, es apertura de los telediarios y de los noticieros de radio y se incorpora, inmediatamente, al debate social y político. «El coronavirus provoca un descalabro de la economía balear (-24%)», «Balears es la Comunidad que más crece después de la pandemia», «El PIB insular por habitante desciende en el siglo XXI»...
El termómetro del PIB (Producto Interior Balear)
30/05/24 8:41
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