Participaron en este encuentro, celebrado en las instalaciones de Clínica Juaneda, las doctoras (en la imagen, de izquierda a derecha) Inés Gracia (dermatóloga), Ximena Rodríguez (dermatóloga), Ana Llull (dermatóloga), Margarita González-Onandia (Medicina Estética), Marta Cantarero (dermatóloga), Magdalena Polanicka (dermatóloga) y la Dra. Cristina Núñez, que actuó como formadora. | Juaneda Hospitals

Ofrecer un tratamiento estético facial de última generación y de gran calidad es uno de los objetivos de la Unidad de Medicina Plástica y Estética de Juaneda Hospitales, cuyas especialistas en Dermatología y Medicina Estética se reunieron recientemente para actualizar procedimientos, destacando la nueva toxina botulínica de rápida aplicación y resultados más duraderos, así como los nuevos enfoques de medicina personalizada.

Participaron en este encuentro, celebrado en las instalaciones de Clínica Juaneda, las doctoras Inés Gracia (dermatóloga), Ximena Rodríguez (dermatóloga), Ana Llull (dermatóloga), Margarita González-Onandia (Medicina Estética), Marta Cantarero (dermatóloga), Magdalena Polanicka (dermatóloga) y la Dra. Cristina Núñez, que actuó como formadora.

La Dra. Margarita González-Onandia explica las bases de estos tratamientos: «El tratamiento estético a nivel facial tiene cuatro pilares básicos: Relajar, definir, potenciar y renovar. Hay que relajar la musculatura para disminuir las arrugas de expresión (o arrugas dinámicas), lo que se consigue con la toxina botulínica, que es un neuromodulador que paraliza o relaja la musculatura del tercio superior de la cara, con un efecto lifting».

«La definición —continúa la Dra. González-Onandia— consiste en reposicionar, realzar, y voluminizar las estructuras faciales, mediante los llamados fillers, rellenos con ácido hialurónico. En tercer lugar, se actúa para potenciar, mejorando la calidad de la piel, lo que se logra mediante los skinboosters, micro inyecciones de sustancias de relleno de baja densidad que nutren e hidratan la piel en profundidad».

«El cuarto proceso de los tratamientos estéticos faciales —continúa explicando la especialista— consiste en renovar todas las capas de la piel, hasta el tejido subcutáneo, mediante estimuladores o potenciadores del colágeno, que activan el poder de la piel revitalizando la producción del colágeno facial y corporal, renovando el grosor y la firmeza de tu piel, corrigiendo arrugas y pliegues».

En las acciones propias de cada uno de estos pilares se utilizan una serie de productos específicos, a los que ya se ha hecho mención: las toxinas botulínicas, el ácido hialurónico, los skinboosters y los estimuladores de colágeno, de entre los que se puede destacar, como servicio innovador que ofrece Juaneda Hospitales, una nueva toxina botulínica, por su mayor facilidad de aplicación, inmediatez y duración de resultados.

«Esta nueva toxina botulínica —explica la Dra. González-Onandia— es la primera que ya se presenta lista para usar, dado que ya viene en estado líquido, evitándose el proceso de la reconstitución de la toxina». Este nuevo producto «se caracteriza además por presentar un inicio de acción más rápido y con unos resultados de hasta seis meses, por lo que es uno de los productos que más duraderos en los tratamientos estéticos faciales».

Con este nueva toxina botulínica «no es necesario el retoque y el efecto es más potente por lo que presenta una serie de características muy atractivas para las pacientes, en comparación a las otras toxinas botulínicas que se han venido utilizando hasta ahora, con efectos muy positivos, pero no tan eficaces ni duraderos», añade la experta en Medicina Estética de Juaneda Hospitales.

Junto a estas novedades en productos específicos destaca un avance, ya asumido por el equipo de Juaneda Hospitales: «La Medicina Estética avanza cada vez más hacia una medicina individualizada a cada paciente, con un enfoque centrado en cada persona, en el que hay una metodología que empieza por un análisis inicial, viendo las necesidades individuales y evaluándolas como previsión para el diseño de cada procedimiento».

«En segundo lugar —continúa explicando la Dra. González-Onandia— se estudia la anatomía, viendo cómo en influye en cada paciente para su tratamiento. En tercer lugar se analiza el ramo de productos para seleccionar la combinación óptima en función de los cuatro pilares a los que antes se ha hecho mención».