Mama, pulmón, próstata y colón son los tumores más diagnosticados en España, y siguen siendo la segunda causa de muerte en España, solo por detrás de las enfermedades del sistema circulatorio. Según los cálculos de la Red Española de Registros de Cáncer, el número de casos que se espera que se diagnostiquen este año en España será de 280.101 frente a los 276.239 del año 2021. Según las estadísticas, el cáncer de mama es la principal causa de mortalidad en las mujeres. Solo en 2020, alrededor de 685 000 mujeres de todo el mundo fallecieron como consecuencia de esa enfermedad. Por eso, la investigación sigue siendo una prioridad.
Toni Martínez tiene 25 años, y a pesar de su juventud, sus pies están rabiosamente en el suelo. Ha estudiado Bioquímica en la Universitat de les Illes Balears, luego se marchó a Madrid a cursar un master en Bioquímica, Biología Molecular y Biomedicina. Decidió apostar por la investigación, a pesar de la situación de precariedad que eso supone en nuestro país, así que volvió a Mallorca para preparar su doctorado investigando el cáncer de mama con el Grupo Multidisciplinar de Oncología Traslacional (GMOT) de la UIB.
Ahora realiza una estancia de tres meses en la ciudad italiana de Verona para aprender a fondo una nueva tecnología, conocida como CRISPR-Cas9, para 'editar' el genoma de cualquier célula. Tal es su importancia que los científicos que la desarrollaron recibieron el premio Nobel de Química en 2020. El objetivo de su investigación, reconoce Martínez, es una labor de hormiguitas, un recorrido a largo plazo: estudiar diversas proteínas, posibles modificaciones de estas y la proliferación tumoral para localizar nuevas dianas terapéuticas que ayuden a crear fármacos más efectivos para tratar el cáncer de mama. Sin duda una labor encomiable.
«El cáncer de mama es uno de los tumores malignos más diagnosticados. En las últimas décadas se ha mejorado en la rapidez de la diagnosis y los tratamientos, algunos personalizados; sin olvidar que hay en marcha ensayos clínicos muy prometedores. Tanto trabajo ha permitido doblegar el ratio de mortalidad, gracias al diagnóstico precoz y a la combinación de diversas terapias, sobre todo en adenocarcinomas de mama dependientes de estrógenos. Pero, desgraciadamente, no sucede lo mismo en otros tipos de cánceres mamarios más agresivos. Por eso, no podemos decir todavía que le hemos ganado a la enfermedad», advierte el mallorquín Toni Martínez desde Italia.
En este sentido, este joven mallorquín hace hincapié en la importancia de profundizar más. Más formación siempre es más conocimiento. El acrónimo CRISPR es el nombre de unas secuencias repetitivas presentes en el ADN de las bacterias, que funcionan como autovacunas. Contienen el material genético de los virus que han atacado a las bacterias en el pasado, por eso permiten reconocer si se repite la infección y defenderse ante ella cortando el ADN de los 'invasores'. «Podemos llegar a modificar genes y ver cómo afecta el cáncer. Aprender esta nueva tecnología nos abre infinitas posibilidades», finaliza Toni Martínez.