-¿Cómo se le ocurrió la idea de crear Menéame?
-Menéame nació en 2005, cuando los blogs estaban en su punto más alto. Había un par de proyectos de agregadores de noticias en EEUU, pero no había nada en castellano, por lo que se me ocurrió programar algo similar y liberar el software. Creció muy rápido, pero aunque se pensó para blogs, luego derivó más a las noticias, porque las expectativas de los blogs no se han cumplido.
-¿Redes como Twitter suponen una competencia para Menéame?
-Son un complemento y a la vez una competencia muy dura. Twitter alcanzó su máxima popularidad aquí en 2011 y en esa época tuve serias dudas de la supervivencia de Menéame, pero al final hemos sobrevivido, porque al fin y al cabo no tenemos el mismo tipo de usuario.
-¿Qué amenaza a Twitter y Facebook?
-Facebook, como sistema de comunicación, tiene un problema con la privacidad y están saliendo otras redes que cuidan más este aspecto y eso les amenaza. Y el problema de Twitter es que ha pasado de ser una herramienta de información a una de reafirmación, en la que se crean ‘cámaras de eco’, que son grupos de opinión cerrada, que se realimentan y radicalizan.
-¿Hay demasiada dependencia de Twitter por parte de los medios?
-Soy muy crítico con los medios de comunicación y la profesión periodística. Hoy día es habitual que los medios conviertan en noticia lo que comentan unas pocas personas, proporcionalmente hablando, en la Red. Buscan titulares pensados sólo para ser virales en la Red.
¿Tenemos realmente una identidad on-line?
-La identidad on-line es aquella que se forma por la información que hay de nosotros en las redes. Hasta hace algunos años esta información la solía tener nuestro círculo físico más cercano, pero ahora ya no es así. Los más jóvenes han perdido el miedo a hacer públicos en las redes actos privados, colgar fotos, etc., que aunque no debería ser así, sí pueden generar problemas en el futuro, por ejemplo a la hora de buscar un trabajo o emprender una carrera política. También es verdad que en España y en los países europeos en general se le presta menos atención a los actos privados que en EEUU.