Pedro Fernández respondiendo a las preguntas | Europa Press

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Efectivos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil están buscando con georradar en la finca La Moratilla, en Villanueva del Arzobispo (Jaén), pistas que lleven a dar con el paradero del temporero desaparecido en Villacarrillo (Jaén) en enero de 2021.

Así lo ha indicado el delegado del Gobierno andaluz en Jaén, Pedro Fernández, a preguntas de los periodistas, al tiempo que ha subrayado que se trata de una «investigación que está muy viva» y para la que a partir de la próxima semana se va a abrir una «nueva línea de investigación» con el convencimiento de que finalmente se esclarecerá lo que ocurrió con la persona desaparecida.

En este sentido, ha aludido al trabajo que el Instituto Armado viene desarrollando en este caso, por el que un vecino de la citada localidad está investigado. Se trata de un empresario agrícola para el que trabajó el jornalero y que ya fue objeto de investigación por la desaparición de otro temporero en 2013, aunque fue absuelto en el juicio. De hecho, también se siguen buscando los restos de este primer temporero desaparecido.

«La UCO está trabajando a nivel de búsqueda y rastreo en una finca como consecuencia de la desaparición a comienzos de 2021 de un trabajador y fue denunciada la desaparición y desde entonces no ha cejado ni un solo momento la Guardia Civil en llevar a cabo la investigación que permanece abierta y muy activa», ha dicho Fernández.

Ha añadido que los trabajos con georradar podrán prolongarse durante varias jornadas porque son labores «complejas y complicadas» y «se están haciendo minuciosamente para ver si hay algún tipo de indicio o hallazgo vinculado con esa desaparición».

La idea es rastrear con técnicas de geolocalización para «ver si hay algún rastro o hallazgo, sea humano o de cualquier objeto que pudiera portar la persona desaparecida». La idea es «ir descartando hasta ir acotando». «Estoy convencido de que vamos a llegar hasta el final y se va a esclarecer que pasó con estas dos personas desaparecidas», ha concluido Fernández.

Cabe recordar que la UCO ha venido llevando a cabo pesquisas sobre el terreno, en propiedades de la persona investigada, para tratar de encontrar alguna pista sobre el paradero del jornalero desparecido.

En un primer momento, hubo registros minuciosos en un garaje y una vivienda, en los que también participaron perros del servicio cinológico. Además, se contó con miembros de los grupos de Actividades Subacuáticas (GEAS) y de Rescate Especial de Intervención en Montaña (Greim) para la inspección de un pozo ubicado en el inmueble. Después, se inspeccionó una finca de olivar propiedad del citado vecino.

La persona investigada ya fue detenida por la desaparición en diciembre de 2013 de un temporero maliense que trabajaba para él en la recogida de la aceituna y cuyo cuerpo sigue sin aparecer.

Se trataba de Tidiany Coulibaly, de 22 años, del que se perdió el rastro después de que él y otros trabajadores inmigrantes de su cuadrilla mantuvieran una discusión con el referido empresario agrícola, al que manifestaron sus quejas por las condiciones de trabajo en la recolección.

Tras ser juzgado en 2016 por, entre otros delitos, explotar a trabajadores inmigrantes y haber hecho desaparecer a uno de ellos que se levantó en portavoz de la cuadrilla, fue absuelto del delito de desaparición forzosa de Tidiany Coulibaly.

La Sección Segunda de la Audiencia de Jaén, por contra, lo condenó a un año de cárcel y multa de 4.200 euros por un delito contra los trabajadores, que «eran explotados», y a otro año y medio de prisión por un delito contra la Administración de Justicia junto a otra multa de 6.000 euros. Además, por una falta de defraudación de fluido eléctrico se le condenó al pago de otra multa por valor de 1.200 euros.