«La cooperación debe estar basada en la confianza mutua y avanzar paulatinamente mediante operaciones consensuadas y trabajo operativo cotidiano. No hay atajos, la cooperación genuina no se construye de la noche a la mañana», ha añadido Marlaska.
El ministro del Interior ha manifestado que la declaración política de Cádiz «plasma el renovado compromiso con el Proceso de Rabat por parte de sus estados miembros, dotándose además de un sólido marco estratégico hasta 2027». «Todos nosotros creímos hace ya 16 años en este diálogo que hoy más que nunca entendemos necesario apoyar, e incluso reforzar, ya que persisten todos los elementos que impulsaron la creación del proceso», ha señalado.
En este sentido, Marlaska ha apuntado a «la preocupación compartida por el incremento de las rutas y redes de tráfico de personas y la consiguiente vulneración de derechos fundamentales en Europa y África», así como «la conciencia de que solo se puede abordar adecuadamente el fenómeno migratorio mediante una visión integral y equilibrada que valore en su justa medida todos los elementos que lo componen y como estos se interrelacionan entre sí, tal y como refleja precisamente la estructura del proceso de Rabat con sus cinco áreas temáticas».
El ministro ha explicado el plan de acción de Cádiz señalando que se fundamenta en los cinco pilares del plan conjunto de La Valeta de 2015, que se concretan en diez objetivos, dos por áreas, 29 actuaciones y una cláusula final dirigida a establecer un mecanismo periódico de seguimiento de su puesta en práctica.
Marlaska ha subrayado como «elemento transversal que debe marcar todas las actuaciones» el de aportar la «seguridad humana» al fenómeno migratorio, «que también caracteriza la actuación del control fronterizo que desarrollan los cuerpos y fuerzas de seguridad y que es compatible con la seguridad ciudadana». A su juicio, esto lo demuestra que «desde 2018 hasta hoy se han producido 189.621 llegadas irregulares por vía marítima a España, la mayor parte de ellas tras operaciones de salvamento y rescate».
El ministro del Interior ha añadido que también en plan de acción de Cádiz tiene este enfoque en su área temática uno, «pues persigue que los candidatos a la migración superen esa situación de vulnerabilidad que les impulsa a salir de sus países y poner sus vidas en las manos de redes criminales de tráfico de personas».
Marlaska ha resaltado la importancia el área temática dos de la declaración de Cádiz, sobre migración y la movilidad, ya que «ahonda en la migración legal como elemento beneficioso para los países de origen, tránsito y destino, y persigue que esta se produzca siempre en condiciones óptimas de seguridad y respeto de los derechos fundamentales».
Por su parte, el área temática tres, sobre protección y asilo, persigue que aquellas personas que lo necesiten no solo obtengan la protección internacional, sino que lo hagan con pleno respeto a su dignidad y a los derechos fundamentales, según ha explicado Marlaska, que ha indicado que el área cuatro, sobre inmigración irregular y lucha contra el tráfico de personas y la trata de seres humanos, aborda la preocupación por el incremento de las redes de tráfico de personas.
Finalmente, el ministro del Interior ha manifestado que el área cinco de la declaración de Cádiz, sobre retorno, readmisión y reintegración, «permite trasladar un mensaje desincentivador claro a las mafias y refleja nuestra preocupación por esta reintegración».
«Con todo, no es difícil concluir que la seguridad humana constituye el núcleo del plan de acción de Cádiz», ha afirmado Marlaska, que ha añadido que «esta conferencia no solo quedará para la historia del Proceso de Rabat por la declaración, también por la oportuna ampliación del comité de dirección a dos nuevos miembros europeo como Países Bajos y Suiza, y dos africanos, como Niger y Nigeria».
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