El bajista y cantante Roger Waters ha revisado la noche de este martes su legado y el de Pink Floyd en un concierto muy visual en un Palau Sant Jordi de Barcelona 'sold out', en el que el músico ha intercalado piezas de su trayectoria en solitario con una quincena de clásicos de la banda británica de la que formó parte, dentro de su primera gira de despedida 'This is not a drill'.
Tras un mensaje en pantalla de invitación a ir al bar a aquellos que les gusta Pink Floyd pero no las opiniones políticas de Waters, el concierto se ha iniciado con una reelaboración del clásico 'Comfortably numb', más coral y sin solos de guitarra.
Una vez acabada 'Comfortably numb', la gran pantalla que tapaba el escenario cual muro, se ha alzado para continuar con más clásicos de Pink Floyd como 'The happiest days of our lives' y 'Another brick on the wall'.
Waters --junto a su banda de una decena de músicos-- ha dado paso a temas de su carrera en solitario, como 'The powers that be' y 'The bravery of being out of range' --en la que ha proyectado imágenes de varios expresidentes estadounidenses--, concluyendo el tridente 'The bar', escrita durante el confinamiento por el coronavirus, antes de regresar a los clásicos de Pink Floyd.
La espectacular pantalla en forma de cruz que presidía el escenario ubicado en el centro del pabellón -rectangular y con dos pasarelas laterales-- y que permitían una visión 360º se ha convertido en un protagonista más del concierto con imágenes apocalípticas, animaciones, grabaciones y antiguas instantáneas, y así en 'Have a cigar?' se ha poblado de material gráfico de Pink Floyd.
Uno de los momentos emocionantes del concierto, con recuerdo a Syd Barret incluido, ha sido la interpretación de la coreada 'Wish you were here', en el que el Sant Jordi se ha poblado de más móviles, a la que han seguido 'Shine on you crazy diamond' y 'Sheep' --en la que no ha faltado la oveja hinchable--, que han puesto el punto final a la primera parte del show.
'dark side of the moon'
Tras un intermedio, el concierto de Waters ha proseguido con 'In the flesh' y 'Run like hell', del mítico 'The Wall' y con el ejército de martillos presidiendo la pantalla, antes de volver a hacer una incursión en su carrera en solitario con 'Déjà vu' --en la que por mensaje en pantalla ha pedido la libertad para Julian Assange y ha cargado contra la guerra, el patriarcado, los drones y el antisemitismo-- e 'Is this the life we really want?'.
En esta segunda parte del concierto han tenido un gran peso los temas que compusieron 'The Dark Side of the Moon' de Pink Floyd, que acaba de cumplir este mes de marzo los 50 años, con la interpretación de varios temas, entre ellos 'Money' y 'Us and Them'.
El tramo final del concierto lo han compuesto 'Two suns in the sunset' --tema de 'The final cut', último álbum que Waters grabó con Pink Floyd en 1983 y precedido de un discurso sobre la guerra-- y una nueva visita a 'The bar', que ha cerrado el paso del músico por Barcelona tras un concierto de unas dos horas.
El concierto de Barcelona ha sido la segunda parada europea de la gira 'This is not a drill', presentada como el «primer» tour de despedida del músico, tras comenzar el pasado fin de semana en Lisboa y ahora continuará en el Wizink Center de Madrid, con una doble cita.
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