La vicepresidenta en funciones de presidenta del Parlament, Alba Vergés, ha reivindicado el papel de la memoria histórica, y ha criticado que la transición, «en lugar de una ruptura con el régimen, fue un silencio interminable».
Así se ha pronunciado este lunes en el acto institucional de homenaje a las víctimas del franquismo en el Parlament, al que han asistido el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès; la consellera de Justicia de la Generalitat, Gemma Ubasart, y miembros de la Associació pro Memòria als Immolats per la Llibertat a Catalunya, y que también ha contado con la intervención de la historiadora Conxita Mir.
El acto ha comenzado con una ofrenda floral en el patio de la Biblioteca del Parlament, en el Monumento a los Inmolados de Ferran Ventura, tras lo que se ha celebrado un minuto de silencio con música, en el que ha sonado la obra 'Presagio', de Manuel Granados, y también 'L'emigrant', de Amadeu Vives.
La vicepresidenta de la Cámara catalana ha lamentado que hasta 2017 no se publicasen en Catalunya los nombres y apellidos de los juicios sumarísimos de los consejos de guerra durante la Guerra Civil: «Fueron silenciados por el franquismo impuesto. Lo que no debemos permitir es que ese silencio fuese trasladado a la democracia, que no ha dejado atrás todo lazo con la dictadura».
Vergés ha puesto en valor la «lucha tenaz y nunca fácil para impedir que se imponga un relato basado en el olvido y el silencio» por parte de la Associació pro Memòria als Immolats y otras organizaciones y entidades que trabajan por la memoria histórica.
«Sois un ejemplo de lo que puede conseguir la sociedad por una causa justa», ha subrayado Vergés, que ha sostenido que la memoria histórica tiene que ver con la dignidad y la calidad del sistema democrático y con fortalecer los fundamentos de la paz y la libertad, que no son propiedad de nadie, ha puntualizado.
Balance positivo
Por su parte, Conxita Mir ha hecho un repaso de los logros en favor de la memoria histórica en Catalunya desde los años 70 hasta la actualidad, y ha asegurado que «el siglo XX acaba ofreciendo un balance positivo en cuanto al conocimiento de los instrumentos represivos y los grupos afectados».
Ha subrayado que «la reconstrucción de un pasado incómodo debe seguir» con más investigación, análisis, explicación e interpretación para hacerla más inteligible a la gente.
La historiadora también ha puesto en valor la creación del memorial del Fossar de la Pedrera en el cementerio de Montjuïc de Barcelona, así como su reproducción años después en cementerios de Tarragona, Girona y Lleida.
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