Lambán ha manifestado su admiración por «las singularidades excepcionales», como son el propio monasterio, «irrepetible» porque conserva «toda la historia de una ciudad» y está «bien conservado», así como las hermanas canonesas, quienes «con una dedicación y un entusiasmo dignos de gratitud vienen conservándolo desde hace siglos».
Ha comentado que el Ejecutivo aragonés «viene ayudando a las hermanas en las tareas de conservación de este patrimonio singular», con una inversión de 200.000 euros en la legislatura que ahora termina, de los que 75.000 se han dedicado al retablo de San Julián y Santa Lucía, recalcando que de todos los del taller de los Serra es el único que se conserva en el lugar para el que fue pintado en el siglo XIV.
Lambán ha indicado que la Administración aragonesa continuará con la conservación del monasterio y que hay una partida de 300.000 euros para restaurar el refectorio: «Son muchas las actuaciones pendientes». Ha abogado por asegurar la solidez de la estructura del edificio para posibilitar que el retablo pueda ser visitado «de manera normalizada».
Además, ha manifestado que el Gobierno de Aragón ya se ha pronunciado a favor de crear una fundación para dar «amparo material» al monasterio y que espera que el Ayuntamiento de Zaragoza y el Arzobispado se manifiesten en el mismo sentido.
Colores magníficos
La hermana Ana ha dicho que es «una alegría» que el monasterio se pueda restaurar y ha recalcado que el monasterio está abierto desde hace siete siglos y que «muchas personas han contribuido a que tengamos este patrimonio», confiando en «seguir protegiéndolo en el futuro». También ha comentado que el retablo se encuentra en la misma planta que el claustro superior y que las hermanas esperan organizar visitas para pocas personas, lo que exige proteger antes el claustro bajo.
La restauradora Gloria Solé ha explicado que «el retablo, en general, no estaba muy mal», pero sí estaban alterados los estratos superficiales, conservándose la estructura «de maravilla». Además, «los colores que salen son magníficos, de una calidad excepcional».
Las escenas del retablo reflejan la vida de San Julián y Santa Lucía, en algún aspecto «un poco 'gore' porque San Julián corta la cabeza a sus padres». Los trabajos de restauración comenzaron antes de las pasadas Navidades y «ha sido un placer hacer este trabajo», ha concluido Solé.
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