La escritora y periodista Evelyn Mesquida | Europa Press

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La periodista y escritora alicantina Evelyn Mesquida explora la «apasionante» vida del psiquiatra catalán Francesc Tosquelles (1912-1994), que se exilió al final de la guerra civil y aplicó su método terapéutico de trabajo en el Hospital de Saint-Alban (Francia), en el libro 'El cementerio de los locos' (Ediciones B).

En una entrevista con Europa Press, ha explicado que se trata de un personaje «bastante olvidado» en Francia, excepto en el mundo de la psiquiatría, pero que también el franquismo condenó al olvido por ser un republicano exiliado.

Mesquida ha considerado que se trata de un personaje «fuera de serie» que destaca desde una temprana edad, al conseguir el Bachillerato a los 15 años y titularse muy joven tanto en medicina como en psiquiatría.

La autora ha explicado que en su juventud Tosquelles entró en contacto con psicoanalistas alemanes y austriacos exiliados del régimen nazi que se establecen en Barcelona, que se convirtió en una «pequeña Viena», y de los que aprendió --Mesquida señala que Tosquelles tenía conocimientos de alemán--.

«Consideraba el aprendizaje algo esencial», ha remarcado la autora, quien ha recordado que Tosquelles desde muy joven se acerca al instituto psiquiátrico Pere Mata de Reus (Tarragona), donde se interesa y convive con los internos.

Del frente al exilio

Durante la guerra civil, Tosquelles, que formaba parte del POUM, fue médico en el frente y comenzó a crear centros en los que se atendiera a soldados con problemas de salud mental, pero «no quería a psiquiatras junto a él y selecciona a prostitutas, monjas y personas de otras profesiones» como abogados para acompañarle.

Tras acabar la guerra civil española logra pasar la frontera y es internado en el campo de Septfonds, en unas condiciones «horrendas, de miseria total», y rápidamente pide al director crear un centro psiquiátrico para atender a aquellos que lo necesiten.

«Empezó una resistencia y ya no para», ha señalado Mesquida, ya que poco después es llamado para trabajar en el Hospital Saint-Alban, donde es nombrado ayudante, y prosigue su método de trabajo, conocido como psicoterapia institucional, que aboga por el ejercicio clínico combinado con la cultura --desembocó en piezas de 'Art Brut' creadas por internos-- y por humanizar los tratamientos todavía anclados en siglos anteriores.

"meca de la psiquiatría"

Mesquida ha asegurado que Saint-Alban --que actualmente lleva el nombre de Tosquelles-- se convierte en la «Meca de la psiquiatría», y en un modelo de transformación para el resto de centros franceses, y ha destacado que la implicación que logra de los internos hace que durante la segunda guerra mundial no haya muertos por inanición, como sí ocurrió en otros hospitales psiquiátricos.

Además, Saint-Alban también fue durante estos años de la segunda guerra mundial un núcleo de resistencia gracias a los túneles que poseía --escondió a heridos y perseguidos en la Francia ocupada-- y un refugio para artistas perseguidos y por el que pasaron Paul Éluard y Tristan Tzara.

La autora ha explicado que el título del libro 'El cementerio de los locos' hace referencia al camposanto cercano en el que eran enterrados los internos que fallecían y al que Eluard dedicó un poema.

A principios de los 60, Tosquelles abandonó Saint-Alban y empezó a ejercer en un hospital de Marsella y luego en Agen, y no fue hasta 1967 que regresó a su Reus natal para ocuparse de la formación de personal del Pere Mata, pero sin abandonar Francia.

En la segunda parte del libro, Mesquida reúne textos de psiquiatras y psicoanalistas que conocieron a Tosquelles y de los hijos del psiquiatra --otro de ellos firma el prólogo-- para completar el retrato.

Tosquelles ha sido objeto de una reciente exposición en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) y en el Museo Reina Sofía de Madrid, comisariada por Carles Guerra y Joana Masó, esta última autora del libro 'Tosquelles. Cuidar les institucions' (Arcàdia).