Los hechos tuvieron lugar cuando los agentes de la Brigada Móvil-Policía en el Transporte, de Madrid, unidad especializada que tiene como objetivos la prevención de los delitos, la atención al viajero y el control de la utilización de los medios de transporte por la delincuencia, observaron en la Estación de Autobuses Intermodal de Bilbao como un individuo intentaba sustraer la cartera de una pasajera que hacía cola para subirse a un autocar.
Ante estos hechos, procedieron a su inmediata detención por un delito de tentativa de hurto y, después de comprobar que también carecía de autorización de residencia en España, por estancia irregular.
Tras ser trasladado a la Jefatura Superior de Policía de la calle Gordóniz, los investigadores de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras comprobaron que el detenido, un marroquí de 29 años de edad, contaba con numerosos antecedentes, al haber sido detenido por la Ertzaintza y por la Policía Municipal de Bilbao en 15 ocasiones por delitos de hurto, atentado contra agentes de la autoridad, robos con violencia, lesiones y malos tratos.
Asimismo, al tener decretada por la Subdelegación del Gobierno de Palencia una resolución de expulsión, solicitaron al juzgado de guardia de la capital vizcaína la materialización de la medida y, tras la preceptiva autorización de este órgano judicial, le trasladaron al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barcelona para su definitiva expulsión a Marruecos.
Igualmente y en atención a la Ley de Extranjería y al Reglamento que la desarrolla, también se le impuso una prohibición de entrada por un periodo de diez años durante el cual no podrá volver a pisar ningún país del espacio Schengen, de forma que, en caso que contraviniera esta medida, se le devolviese nuevamente a su país a través de un procedimiento administrativo mucho más ágil y volviera a contar el plazo de prohibición de entrada desde el principio.
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