El Consistorio ha indicado en una nota de prensa que el alcohol está presente en un tercio de los accidentes mortales que se producen en España como factor concurrente o desencadenante y conducir bajos sus efectos multiplica, dependiendo de la tasa, entre dos y 15 veces el riesgo de sufrir un accidente y, además, está vinculado con lesiones más graves y un aumento de la mortalidad.
Por este motivo, la Policía Local va a incrementar durante las próximas semanas los controles que realiza habitualmente coincidiendo con unas fechas especialmente festivas por festejos populares en honor a la Virgen de la Asunción.
El pasado año, esta misma campaña se saldó con 960 pruebas de etilometría a conductores, de las cuales 44 resultaron positivas por superar la tasa de alcohol legalmente establecida, es decir, el 4,58% del total de las practicadas.
Además, 33 supusieron la tramitación de denuncias administrativas por infracciones muy graves previstas en el Reglamento General de Circulación con sanciones entre 500 y 1000 euros y retirada de 4 a 6 puntos del permiso de conducir y 11 se derivaron por la vía penal, en virtud del Código Penal, que prevé pena de prisión de tres a seis meses, multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días, así como la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años. Respecto a las pruebas de drogas, se realizaron seis test, de los cuales dos resultaron positivos.
La única tasa segura
El Ayuntamiento de Zaragoza ha subrayado que, actualmente, la ingesta de alcohol representa el segundo factor concurrente en los accidentes mortales, sólo por detrás de las distracciones y por delante incluso del exceso de velocidad en el conjunto de España.
Por eso la única tasa de alcoholemia segura es la del cero por ciento ya que incluso los niveles situados dentro de los márgenes legales permitidos incrementan el riesgo de sufrir un accidente.
El consumo de alcohol aumenta el tiempo de reacción, ocasiona problemas de visión y coordinación y hace que se subestime la velocidad. Eso provoca mayor siniestralidad y también que los accidentes con conductores ebrios sean mucho más graves. También repercute directamente en una mayor mortalidad, al ser un factor relacionado con un peor pronóstico en las lesiones sufridas.
Además, si se viaja como acompañante se ha de tratar de evitar que otras personas que hayan bebido cojan el coche, y, en todo caso si no se conseguimos, no subir al vehículo con ellas.
Aparte del alcohol, algunas personas conducen tras haber consumido sustancias psicoactivas, que pueden afectar la capacidad para una conducción segura. El consumo simultáneo de sustancias, que se ha demostrado como un comportamiento de extremo riesgo vial, es comparativamente frecuente en España. El cannabis (THC), la cocaína, las anfetaminas y las metanfetaminas son las sustancias que más se detectan.
El alcohol y las drogas también suponen un riesgo para los peatones, como usuarios de la vía que conviven con diferentes vehículos: Menor percepción o percepción equivocada de su entorno, pérdida de visión y mayor asunción de riesgos son consecuencias que se derivan de la ingesta de alcohol o de drogas, aumentado la posibilidad de sufrir un atropello.
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