Tras el auge al que le llevó la gestión de la pandemia y su consolidación como política nacional, la dirigente regional se presentó a los comicios del pasado año aspirando a un resultado que no solo consiguió sino que extrapoló a la amplía mayoría de los municipios de la Comunidad. Madrid se teñía de azul y más de la mitad de los escaños de la Asamblea de Madrid también.
Ayuso eligió entonces un gobierno técnico, con consejeros que provenían de la segunda línea de la Administración o que habían desarrollado su trabajo fuera de ella, y se puso a trabajar en unos Presupuestos que nadie condicionaría y que aprobó en el mes de diciembre. Estos aumentaron un 20% respecto a 2021 hasta alcanzar los 27.500 millones.
Fuentes del Gobierno regional subrayan que durante estos doce meses la presidenta ha continuado «con sus políticas basadas en baja fiscalidad y calidad de los servicios públicos, convirtiendo a Madrid en una región que está más de moda que nunca».
Entre las medidas que destacan de este nuevo año están la construcción del nuevo Hospital 12 de Octubre, la puesta en marcha del nuevo centro de ELA, el récord en becas para el estudio con 245.000 millones para 680.000 alumnos, la creación de empleo, la puesta en marcha de la Ciudad de la Justicia, las ayudas a la natalidad o la creación del Ballet Español.
Actividad en la asamblea
En cuanto a la actividad legislativa, desde el Gobierno, Ayuso ha sacado adelante, además de las cuentas, la deflactación del IRPF, la creación de la Agencia de Ciberseguridad, la Ley de Economía Circular y la norma que regula las distinciones honoríficas que concede el Gobierno regional.
Hasta el momento, las normas de más calado las ha presentado a través del Grupo Parlamentario Popular. En este sentido, además de modificaciones de las leyes contra la LGTBIfobia y Trans, despunta la Ley de Medidas para la Simplificación y Mejora de la Eficiencia de Instituciones y Organismos de la Comunidad de Madrid, que modifica 15 textos normativos.
Entre estos se incluyen los que regulan la Cámara de Cuentas, Telemadrid, Transparencia o Suelo. La oposición la ha llevado a los tribunales y ha considerado que «es contraria al pluralismo político, al control y a la fiscalización de los gobiernos democráticos».
En el Parlamento, con Vox, el que fuera socio prioritario la pasada legislatura, apenas se ha llegado a acuerdos. La presidenta y la portavoz de este partido, Rocío Monasterio, mantienen cada jueves en los plenos su particular rifirrafe en la sesión de control. Esta insta a Ayuso a ir más allá en sus políticas mientas que la presidenta considera que le pide cuestiones que exceden sus competencias.
"me gusta la fruta"
Esta legislatura, como las anteriores, ha estado marcada por la confrontación con el Gobierno central, con Sánchez en la diana en la mayoría de sus intervenciones públicas. La gestión del Cercanías, la descentralización de obras de arte, la falta de profesionales en Justicia o las diferencias en la política fiscal son algunos de las principales batallas de la dirigente madrileña.
Además, los ataques cruzados entre administraciones por cuestiones personales tampoco han hecho descender la tensión: desde el viral 'Me gusta la fruta' --que con ironía la presidenta dice que pronunció en vez de un insulto durante la sesión de investidura del presidente en el Congreso de los Diputados-- a las acusaciones por delito fiscal de la pareja de Ayuso y la «utilización de la Fiscalía», pasando por las críticas sobre la actividad laboral de la mujer del presidente, Begoña Gómez.
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