Herráez, quien ha dedicado buena parte de su producción a retratar la España tardofranquista, sitúa en esta ocasión su libro en la actualidad poscovid. Esta cercanía con la realidad contemporánea no es óbice para que, como en otras ocasiones, la memoria desempeñe un papel muy relevante en un libro que está construido como «una especie de largo monólogo, un recuento reflexivo, que obliga a revisitar el tiempo pasado del protagonista narrador», explica el autor.
Decidido a «ir a contracorriente», Herráez apuesta en 'Posfacio' por un tono reflexivo, común en su narrativa, pero en esta ocasión más acusado. Para ello desdeña la más mínima intriga o la misma peripecia exterior. La suya es una novela que transcurre en el interior del protagonista, un personaje en crisis, en una época, la actual, y un espacio concreto y tangible: la España de 2024.
Una decisión, la de suprimir una trama concreta como eje, que ha sido una apuesta creativa voluntaria. «He escrito lo que quería escribir. Si cito a Le Carré, siendo un autor de best-seller, nunca diría que no es literatura, creo que es un autor estupendo y más difícil de leer de lo que la gente a priori pueda pensar. Pero luego hay una cantidad alucinante de escritores que aportan poco, y no digo que yo aporte algo, ojo, quiero decir que hoy si no armas relatos negros o policiales no cuentas», asevera.
Y añade a Europa Press: «No sé qué habría sido de Proust o de Woolf en estos días, no sé qué sería del Cortázar de Rayuela para un lector actual acostumbrado a relatos sin implicaciones del lector».
El narrador incide en que 'Posfacio' es una invención en todos los sentidos, y no una autobiografía encubierta. «García Márquez decía que toda ficción no deja de ser la reelaboración de una experiencia, que no hay, como puede darse con las esporas, relatos desgajados de quienes los escriben, y en ese sentido en Posfacio, como en mis anteriores títulos, hay mucho de mí, pero esta narración no constituye mis memorias. Es una novela», remarca.
Traducción al chino
El lanzamiento de la nueva novela de Herráez coincide con la traducción al chino de su biografía de Julio Cortázar. Considerada como una pieza de referencia, la biografía del genial autor le ha granjeado al escritor valenciano premios en todo el mundo y ha sido también traducida al ruso y al turco.
«Lo de ser traducido al chino lo cierto es que me asombra», admite. «Nunca pensé verme en chino; tampoco en ruso o turco. Pero eso son las circunstancias intrínsecas de escribir, lo importante es mantener la cabeza más o menos lúcida para seguir haciéndolo hasta que la cosa haga paf», bromea.
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