Proceso de escolarización de este curso que ahora concluye | GOBIERNO DE ARAGÓN

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UGT Aragón ha lamentado este lunes que las instrucciones enviadas por el Departamento de Educación a los centros educativos contengan un «hachazo sin precedentes» con recortes en las plantillas y ha alertado de los efectos perniciosos que la zona única de escolarización puede ocasionar en los escolares matriculados fuera de plazo.

La secretaria de Educación de UGT Aragón Servicios Públicos, Medea Gracia, junto a su compañero del sector Alfredo Sanz ha realizado un balance del curso escolar, marcado, a su entender, por el cambio de la política educativa que ha introducido el nuevo Gobierno autonómico «con un claro componente ideológico».

La representante de UGT ha mostrado su disconformidad por el hecho de que esa comunicación enviada a los centros «de forma unilateral y sin negociación» vaya a «emborronar» los aspectos «positivos» que ha supuesto la reciente firma del acuerdo de mejoras de las condiciones laborales del personal docente, que en todo caso, ha recordado, no supone equiparar los salarios a los de la media nacional.

Ese acuerdo, ha enumerado Gracia, incluye mejoras como la reducción del horario lectivo a 18 horas en Secundaria y a 23 en Primaria, dos horas lectivas menos a los mayores de 55 años y dos horas más a mayores de 60, y una subida del 4,5 por ciento a alcanzar al final de la legislatura.

Además, se dota, por primera vez, de un complemento de acción tutorial de 600 euros para los y las docentes que realicen esta función en los centros educativos y se aplica una subida salarial de un 7 por ciento a los cargos directivos.

Actitud "oportunista"

Sin embargo, desde UGT consideran que estos avances «quedan orillados por la actitud oportunista» del Gobierno de Aragón, «que muestra una imagen pública en la que anuncia mejoras, pero por la puerta de atrás introduce una política que va a suponer la precarización para el profesorado y que ya genera inquietud en los docentes y en las familias de los alumnos», ha criticado Gracia, quien también ha mostrado su malestar por el perjuicio reputacional que en forma de pérdida de credibilidad puede suponer para su sindicato de cara a los docentes.

«En parte, nos sentimos utilizados», ha abundado Medea Gracia, para quien «el agujero económico en el que se escuda la Administración no puede servir ni de excusa ni de justificación para cualquier acción».

Por ello, prevé un próximo curso «convulso» y «marcado por estos recortes» que afectarán, a su juicio a todo lo que son «desdobles, apoyos educativos, actividades extraescolares, programas de internalización y Erasmus. Todo lo que supone un esfuerzo por parte de los centros para atender a los alumnos con necesidades especiales y al ordinario en actividades complementarias».

Una precarización que, ha advertido, se notará aún más en la escuela rural, que se verá más afectada por la «infradotación de recursos» y, por lo tanto, la «pérdida de calidad», que también se aprecia en los centros de formación profesional comarcales.

Cuestiones pendientes

Además de la equiparación real de los salarios a la media nacional, la representante de UGT ha enumerado una serie de problemas todavía sin resolver en el sector, como la «infradotación» de la Formación Profesional pública, «para que las familias opten por la privada».

También el problema de los alumnos fuera de plazo, cuya cifra ha explicado que crece cada año. «Vemos que la Administración mira para otro lado sin aplicar una respuesta para que esta dinámica de incorporación tardía del alumnado pueda tener los recursos necesarios porque hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos viene de fuera o no ha estado escolarizado y necesita una dotación de recursos extra», ha apuntado.

Por último, ha añadido cuestiones como el incumplimiento del acuerdo de ratios, así como «la inexistencia de un calendario de negociaciones», con asuntos como la cuarta orden de inclusión, el decreto de interinos y la escasez de profesores de informática, mientras se siguen creando nuevas vías de esta rama de la FP, o el salario inferior que cobran algunos profesores de FP por el mismo trabajo por haberse quedado en una categoría inferior.