La directora general de Gestión Forestal, Ana Oliván; el consejero de Medio Ambiente y Turismo, Manuel Blasco; y el jefe de servicio de Planificación y Gestión Forestal, Enrique Arrechea. | GOBIERNO DE ARAGÓN

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El consejero de Medio Ambiente y Turismo, Manuel Blasco, ha esbozado este martes el Plan de Reforestación de Aragón 2024-2027, con el que el Gobierno autonómico prevé invertir 10,2 millones de euros para plantar más de dos millones de árboles, una cifra que podría aumentar en función de las empresas privadas que se sumen a la iniciativa y participen en proyectos de repoblación para compensar su huella de carbono.

En rueda de prensa, el consejero ha adelantado que el presupuesto de 2024 cuenta ya con 2 millones de euros para iniciar este plan, que explicará en las Cortes de Aragón en una comparecencia a petición propia que ya ha solicitado.

El objetivo de este plan de reforestación es triple: mitigar el cambio climático, restaurar ecosistemas forestales alterados y proteger el suelo de la erosión.

Así, de los 4,7 millones de hectáreas de superficie total de Aragón, el 57% --2,7 millones de hectáreas-- es superficie forestal, aunque sólo el 62% de la misma está arbolada, con lo que quedan poco más de un millón de hectáreas que están «desarboladas», que es donde el Ejecutivo autonómico va a actuar, ha indicado Blasco. En concreto, se van a impulsar repoblaciones en un 22% de la superficie --2.000 hectáreas--.

Muchos bosques con origen en la reforestación

En este sentido, ha recordado que no todos los bosques aragoneses son naturales y que muchos de ellos son fruto de reforestaciones llevadas a cabo en el pasado. Por ejemplo, las laderas del entorno de Canfranc, que en su momento estaban «completamente peladas»; parte del Moncayo, que hoy es un parque natural; o el pinar de Daroca, una actuación «valoradísima» que ha ayudado a prevenir las inundaciones que a menudo sufría la zona.

Para las diferentes actuaciones, que se desarrollarán en las tres provincias, han consultado con la Universidad de Zaragoza los suelos con mayor riesgo de erosión, así como con los ayuntamientos y el Catálogo de Montes de Utilidad Pública.

La directora general ha destacado la capacidad de la reforestación para restaurar ecosistemas alterados, tanto por incendios como por otras actividades humanas, o para preservar el suelo, que es un recurso natural no renovable y que tarda millones de años en renovarse y originarse.

Además, ha afirmado que la repoblación permite obtener productos para la industria y la sociedad, como la madera --que ahora va a ser más necesaria y se va a favorecer porque deja una huella de carbono menor al hormigón-- o la micología.

Por otro lado, Oliván ha explicado que no se va a actuar simplemente en hectáreas desarboladas, sino en aquellas en las que el Gobierno de Aragón pueda actuar. Por ello, lo primero que han hecho es consultar con los ayuntamientos su intención de aportar terrenos de su propiedad para este plan, además de encargar un estudio a la Universidad de Zaragoza sobre los estados erosivos, teniendo en cuenta también las superficies forestales que han ardido en los últimos años y no han sido restauradas.

Además, ha recordado que ya existen instrumentos aprobados por la Dirección General de Gestión Forestal que ya especificaban la necesidad de repoblar ciertas áreas, así como montes propios cuya planificación también va a en esta línea.

La directora general ha añadido a todo ello una serie de peticiones de entidades locales interesadas pero cuyos montes no forman parte del Catálogo de Utilidad Pública, por lo que no puede actuar el Gobierno autonómico pero sí pueden dirigir las peticiones a empresas privadas para repoblar estas hectáreas, así como los montes consorciados, que podrían solicitar su catalogación para incluirlos en el plan.

Montes en los que se actuará

En total, hay tres ámbitos de actuación y, en cada uno de ellos, tres niveles de prioridad en función del nivel de erosión de sus suelos. En primer lugar, los Montes de Utilidad Pública ordenados, propiedad de entidades locales que han solicitado su repoblación. En este grupo, las actuaciones prioritarias son en Uncastillo (Cinco Villas) --157,91 hectáreas--, Aliaga (Cuencas Mineras) --119,51 hectáreas-- y San Martín de la Virgen del Moncayo --364,57 hectáreas--.

En segundo lugar, en los Montes de Utilizad Pública propiedad de la Comunidad Autónoma, se actuará en primer lugar en Sabiñánigo (Alto Gállego) --451,56 hectáreas--, Sos del Rey Católico (Cinco Villas) --371,86 hectáreas--, Las Peñas de Riglos (Hoya de Huesca) --200,20 hectáreas--, Ejulve (Andorra-Sierra de Arcos) --110,49 hectáreas-- y Villarluengo (Maestrazgo) --97,17 hectáreas--.

Por último, están los Montes de Utilidad Pública no ordenados, propiedad de entidades locales que han solicitado su repoblación. En este grupo, los proyectos de repoblación de alta prioridad están en Valacloche (Comunidad de Teruel) --149,18 hectáreas--, Aliaga (Cuencas Mineras) --1.151,84 hectáreas--, Sarrión (Gúdar-Javalambre) --48,89 hectáreas--, Camarena de la Sierra (Gúdar-Javalambre) --78,11 hectáreas--, Calanda (Bajo Aragón) --212,38 hectáreas--, Ejea de los Caballeros (Cinco Villas) --37 hectáreas--, Longás (Cinco Villas) --26,80 hectáreas--, Fayón (Bajo Aragón-Caspe) --5,19 hectáreas--, Jaca (Jacetania) --100 hectáreas-- y Castejón de Sos (Ribagorza) --101,50 hectáreas--.

La erosión está muy relacionada con la topografía del terreno, con lo que «no es casualidad» que entre las zonas con más riesgo de pérdida de suelo predominen áreas del Pirineo o de la Ibérica turolense, ha explicado.

En cuanto a las especies, todavía no se han elegido ya que cada uno de los montes tendrá su proyecto específico en cuanto al tipo de árbol a plantar, la densidad del nuevo bosque o la preparación del terreno. Además, el jefe de servicio de Planificación y Gestión Forestal, Enrique Arrechea, ha apuntado que ahora se tiende a plantar más especies, que serán autóctonas y que parte de la inversión se va a dedicar a los viveros del Gobierno de Aragón que producirán las plantas.

De este modo, de cara a sequías prolongadas, si hay muchos árboles, «al final lo pasarán mal todos», con lo que se convertirían en material combustible que incrementaría el riesgo de incendios. Por tanto, si se disminuye la densidad, los árboles que queden en pie «vivirán mejor».

Asimismo, ha subrayado que en algunos de los territorios afectados por los incendios recientemente hay que esperar antes de actuar porque sería «absurdo» impulsar trabajos de reforestación cuando «la naturaleza lo hace sola». Este es el caso de casi toda la superficie del incendio de las Cinco Villas de 2015, que se está regenerando de forma natural.

Participación de empresas privadas

Los comparecientes no han concretado más acerca de la participación de empresas privadas en este plan, aunque han admitido que ha habido contactos con «muchas empresas del sector que están muy interesadas» y que ahora tienen que analizar los proyectos, pero la previsión es alcanzar «cifras importantes». Así, Blasco ha avanzado que, a lo largo del tiempo irán firmando convenios.

«Hay muchísimo interés también en las empresas forestales en tener trabajo porque durante muchos años se han ido a Francia o a Castilla y León», ha agregado el consejero. De hecho, se calcula que este plan generará entre 20.000 y 24.000 jornadas de trabajo.

Es más, hay empresas que incluso están contactando con particulares en diferentes comarcas para encontrar tierras que reforestar ya que, además, buscan superficies amplias, en torno a las cien hectáreas como mínimo, para que la inversión «les encaje económicamente».

La directora general ha señalado que el pliego está «bastante avanzado», con lo que confía en que los trabajos comiencen este año, si bien ha advertido de que las repoblaciones son proyectos «bastante largos» porque, además, se requiere una humedad en el suelo adecuada para que los árboles puedan sobrevivir.