El principal grupo de la oposición reclama al Ayuntamiento de Madrid que garantice el acceso de las asociaciones a los espacios necesarios para desarrollar su actividad. Buscan que el Ayuntamiento acabe con «la actual descoordinación en materia de participación ciudadana entre las Juntas de Distrito». Eso se conseguiría con «una interpretación de los reglamentos y normas concernidos en cada caso favorable a la participación ciudadana y facilitadora de la actividad del tejido social».
Más Madrid también planteará una auditoría externa a cargo de una entidad experta en participación ciudadana y que se facilite en todo momento el acceso de las asociaciones a los espacios disponibles en los centros culturales para la realización de sus actividades.
El último punto de su proposición insta a «descongelar la partida presupuestaria destinada a las subvenciones al movimiento asociativo adecuándolas a sus necesidades reales y a las dimensiones de la labor que realiza en la ciudad».
Derecho constitucional
Más Madrid ha recordado que el artículo 23.1 de la Constitución Española atribuye a la participación ciudadana el carácter de derecho fundamental, unido a que el Reglamento Orgánico de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Madrid, de cuya aprobación se acaban de cumplir 20 años, reconoce que el asociacionismo es «la expresión colectiva del compromiso de los ciudadanos con su ciudad, y el voluntariado una de sus expresiones más comprometidas y transformadoras».
La participación ciudadana, esgrime Más Madrid, es «un requisito de buen gobierno democrático y, en mayor medida, de los gobiernos locales de las grandes ciudades pues es en éstas donde existe un mayor riesgo de distanciamiento entre la ciudadanía y gobernantes, contrario a la propia idea de la democracia local».
Sin embargo, «en Madrid el ejercicio de este derecho viene sufriendo un largo periodo de deterioro, que se extiende a lo largo de los últimos seis años y que alcanza todos los espacios municipales habilitados para ese fin, desde los Consejos de Proximidad, a los presupuestos participativos y los Consejos Sectoriales».
"campaña de acoso"
«Están resultando cada vez más espacios en los que se frustra la participación de vecinos y vecinas y del movimiento asociativo», ha lamentado Más Madrid, que incluso llega a afirmar que sufre por parte del Ayuntamiento de Madrid «una campaña de acoso».
Esa «campaña de acoso» se traduce en «expulsión de locales municipales, trabas burocráticas de toda índole para acceder a los recursos necesarios para realizar su actividad, cierre de espacios de diálogo con la administración municipal y hasta la suspensión de las fiestas de los barrios por parte de algunos concejales de distrito».
«Se ha alcanzado una situación de deterioro de la democracia municipal como no se ha visto desde que ésta se abrió paso en nuestro país», han condenado en Más Madrid, después de remarcar que las asociaciones «realizan una labor insustituible para garantizar la convivencia y unas condiciones de vida digna en los barrios, por lo que merecen un reconocimiento y apoyo institucional que se concrete más allá de declaraciones formales». Y, por supuesto, se trata de acabar con «el desprecio y el cierre institucional» como pago.
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