El Tuvi, durante el juicio | JORGE GIL/EUROPA PRESS

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David S.O., alias 'El Tuvi', ha admitido que en el año 2020 estranguló a su entonces pareja, contra la que tenía impuesta una orden de alejamiento, pero ha negado que tuviera intención de matarla: «Fueron unos segundos. Paré porque no quería hacerle daño. Empezó a pegarme y a gritarme y la reduje», ha defendido.

'El Tuvi' ha realizado estas manifestaciones en el juicio que se ha celebrado contra él en la sección primera de la Audiencia Provincial de Valencia y por el que se enfrenta a la pena de 17 años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa, un delito continuado de quebrantamiento de medida cautelar y los delitos contra la administración de Justicia y lesiones.

La acusación particular, ejercida por el penalista Juan Carlos Navarro, eleva la petición a los 17 años y medio de cárcel por un delito de intento de homicidio con agravante de género; otro de lesiones; un delito continuado de quebrantamiento de medida cautelar; y un delito contra la Administración de Justicia. La defensa, por su parte, reclama la absolución y ve a su representado «inimputable».

El acusado está también procesado por el presunto asesinato de Wafaa Sebbah, de 19 años, en noviembre de 2019, por el que se enfrenta a prisión permanente revisable --tiró su cadáver a un pozo de una finca a las afueras de Carcaixent, que había sido propiedad de la familia de 'El Tuvi', y lo encontraron dos años después--; y por el supuesto asesinato de una mujer embarazada en Xàtiva también en 2019.

Los hechos juzgados este martes se remontan a 2020. 'El Tuvi' y la víctima mantuvieron una relación de ocho meses que comenzó a principios de año y finalizó con una denuncia de la mujer por un presunto delito de maltrato en el ámbito familiar. A raíz de la misma, se impuso al acusado la prohibición cautelar de acercarse o comunicarse con la víctima.

Pese a ello, ambos siguieron viéndose. A finales de septiembre, la víctima acudió a la vivienda del acusado. Al parecer, ella fue porque le dijo que tenía que pedirle un favor, aunque en la vista no ha podido concretar de qué se trataba. El acusado ha apuntado que le pidió dinero para pagar droga y para un préstamo personal.

«Ella vino a mi casa --ha manifestado el acusado-- con un familiar suyo y le dejé dinero, hasta 550 euros». Ha señalado que estuvieron comiendo paella en su casa y luego durmieron juntos. «Pasamos la noche juntos y al día siguiente nos despertamos y me pidió 20 euros más. Le dije que no podía estar dándole dinero, se enfadó y empezó a pegarme y a gritarme. La cogí del cuello y la reduje, pero nada de intento de homicidio ni nada», ha proseguido.

«Al final sí le dí los 20 euros --ha añadido-- y me contestó que no los quería y me aseguró que me iba a amargar la vida». Sobre la «reducción» que le hizo, ha explicado: «Le hice el 'mataleón'. Le cogí por detrás pero pocos segundos y sin intención de matarla. Me continuó golpeando, así que se lo volví a hacer», ha expuesto.

«Duró pocos segundos --el 'mataleón'-- porque no la iba a matar, no quería hacerle daño. La primera vez ni se cayó ni nada. Volvió a golpearme y la reduje otra vez y ya se cayó al suelo. Me preocupé por ella, le dí aire y no estaba mal», ha aseverado. «No tenía sangre en la boca. Le dije que tomase agua y la abaniqué. No pensamos en ir al médico porque ella no estaba mal», ha apostillado.

También ha negado que le causara más lesiones por el torso o los pies: «No le pegué ni le hice nada», ha señalado. «La dejé en la gasolinera de su pueblo, cerca de su casa, y me fui. Me dijo que la dejase ahí porque iba a comprar tabaco», ha manifestado.

Preguntado por si la agresión se produjo por el hecho de que ella se negase a quitarle la denuncia, ha dicho que «no». «Ella me dijo que me iba a quitar la denuncia. Se lo pedí yo porque queríamos seguir la relación. Y la cosa acabó ahí. Eso fue el primer día del fin de semana», ha descrito.

El acusado ha indicado que sufrió un accidente en 2015 por el que estuvo dos meses en coma y ha asegurado que padece un trastorno de la personalidad con clínica psicótica. «Me evaluó el psiquiatra. Creo que fue anteriormente, pero no estaba en tratamiento», ha expuesto. Ha indicado que a raíz del siniestro pierde el control y reacciona de forma violenta. Actualmente toma antisicóticos para estar «calmado».

Por su parte, la víctima, que ha declarado tras un biombo y que se encuentra en tratamiento psicológico, ha narrado que denunció al acusado porque le amenazó pero ha reconocido que tras la orden de alejamiento se seguían viendo. «Estábamos de acuerdo», ha dicho.

"empezó a apretarme del cuello"

El fin de semana en que ocurrieron los hechos, la joven ha explicado que el acusado le recogió en su pueblo y fueron a su casa. El sábado comieron con un amigo y luego él, según su versión, se fue con amigos a cenar «y volvió de muy mal rollo», ha descrito. «Al día siguiente nos levantamos y discutimos. Él empezó a decirme que quitara la denuncia y recogí mis cosas pero él me las quitaba. Cuando fui a abrir la puerta me cogió del brazo para atrás y empezó a apretarme el cuello», ha dicho.

Ha narrado que el acusado le llegó a coger dos veces del cuello. En una primera ocasión, «desde delante directamente, de frente. Me apretaba e intentaba moverme y no podía. Me pedía mientras que quitara la denuncia. Luego intenté beber agua y no me entraba y empecé a vomitar. Le dije que me quería ir porque lo que me hacía no era para asustarme».

Tras ello, empezó a gritar y él le volvió a coger del cuello. «Me cogió por detrás. Yo quería irme de allí y me caí justo en la puerta. Al despertar estaba allí. Me había mordido la lengua y me salió espuma por la boca. Pensé que me iba a matar, que no lo hacía para asustarme. Solo podía mover las manos. Sentía presión en el pecho», ha afirmado.

Seguidamente ha narrado que él le dijo que la iba a llevar a casa y la dejó en la entrada del pueblo. «Subí a mi casa pero no me acuerdo cómo llegué. Me acosté y al levantarme estaba confusa. Le mandé un mensaje y le dije que no estaba bien y que iba a ir al médico y él me dijo que no. No podía tragar ni beber y fui».

En los ochos meses que estuvieron juntos, ha agregado la joven, la ha insultado en varias ocasiones y se ha sentido humillada. También ha asegurado que en una ocasión le manifestó: «Tú sigue vacilando que a la última que me vaciló la están buscando», ha reproducido.

En la sesión de este martes también ha declarado la madre del acusado, quien ha señalado que tras el accidente que sufrió su hijo en 2015, se ponía «muy nervioso, no estaba bien, era como si tuviera 10 años». «Consumía drogas, fumaba y se pinchaba para los músculos, que era una bomba de relojería. Se ponía rojo y se exaltaba. Pido que esté en Fontcalent con un tratamiento porque no está capacitado», ha dicho, para agregar que ha tenido problemas con otras novias: «Le hacían la puñeta y, al final, se iban», ha apostillado.

Los peritos que han declarado en el juicio han afirmado que las lesiones que presentaba la víctima eran compatibles con un intento de asfixia que «podía ocasionar la muerte». Respecto a la perito del Instituto de Medicina Legal (IML) que evaluó al acusado, ha corregido una parte de su informe para afirmar que en el momento de los hechos el joven no tenía afectadas sus capacidades intelectivas porque podía distinguir lo que estaba bien y mal. «Él sabía lo que podía hacer», ha apostillado. El juicio ha quedado visto para sentencia.