El secretario general del PSOE-M, Juan Lobato, atiende a los medios de comunicación en la Asamblea de Madrid. | Fernando Sánchez - Europa Press

TW
0

El secretario general del PSOE-M, Juan Lobato, se ha arrogado las últimas semanas tres valores para desactivar a quien la dirección nacional le sitúe como rival para la Secretaría General en Madrid: la militancia, los alcaldes y el conocimiento del territorio.

Desde hace meses Juan Lobato repite incesantemente en cada una de sus intervenciones el concepto de la militancia, buscando identificarse a sí mismo con la voluntad real de las bases frente a las injerencias de Ferraz. Ha sumado a este mensaje el poder institucional en la región con los regidores y el haberse «pateado» la región, especialmente desde enero.

Aunque la campaña arrancará en diciembre y la votación será ya en enero --el 11 en primera vuelta y el 18 en segunda--, Lobato arrancó el curso político con la mente puesta en revalidar la Secretaría General en Madrid, sin que hasta el momento se haya presentado una candidatura alternativa para disputarle el liderazgo del PSOE-M.

El verano fue complicado para él, con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, destacando la diferencia entre PP y PSOE en las europeas en la región y con el alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala, que le disputó las últimas primarias, criticándole abiertamente.

«Llevamos 30 años faltando al respeto a los votantes en Madrid. No ha habido ni un solo mandato en las últimas décadas con el mismo secretario general y portavoz. Cada dos años cambiamos, seis meses antes tenemos una ocurrencia para las elecciones», lanzaba Lobato el 27 de septiembre, preguntando directamente «qué razón» había para relevarle al frente del partido.

Comenzaba así a dibujar una imagen en la que Madrid sufría las consecuencias de la dirección nacional sistemáticamente porque el PSOE «no se toma nunca en serio» la región --apostillaba ese mismo día--, censurando que no se daba aire para tener «un equipo, un proyecto que se consolide y que genere un liderazgo reconocible, identificable».

«Si algo pueden cambiar estas primarias es que la militancia dé una señal clara a la sociedad madrileña de que se apuesta por el trabajo y la perseverancia», han trasladado a Europa Press desde el entorno de Lobato.

Choques con ferraz

En septiembre no fue la primera vez que Lobato mostraba un perfil contestatario o crítico con algunas decisiones del partido, ya que él fue --de forma más velada que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page-- una de las voces que cuestionaba la amnistía o, recientemente, la financiación singular de Cataluña.

Sobre esta última escribía un documento de 10 páginas proponiendo cómo encajarla en el sistema autonómico y alertando de varios de los riesgos «si se ejecuta como está planteada» en el pacto PSC-ERC.

Lobato también se sumó a las críticas de su homólogo de Castilla y León, Luis Tudanca, contra las «filtraciones» para «socavar legitimidades». Aunque lo hacía de forma más ligera. Mientras que Tudanca apuntaba y disparaba al secretario de Organización, Santos Cerdán, Lobato no acotaba el círculo y afirmaba que les había «pasado a todos». Afirmaba entonces que él llevaba «no sé cuántos meses o años» viendo estos artículos «de nombres, de opciones» en torno al cargo en Madrid.

El baile de nombres

A lo largo de los meses han estado en las ternas varios alcaldes como el de Fuenlabrada, Javier Ayala, o la de Getafe, Sara Hernández; ministros como el de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, o cargos como el delegado del Gobierno, Francisco Martín.

El pasado fin de semana se sumaba un nombre más: el exjefe de Gabinete de Sánchez y ministro de Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López, por el que se le preguntaba este jueves a Lobato junto con la concejala del Ayuntamiento de Madrid y vocal del Comité Organizador del 41º Congreso Federal del partido, Enma López.

«Si dijeras que Michelle Obama quiere encargarse del PSOE de Madrid, de ir a inaugurar agrupaciones por los pueblos, de hacer asambleas locales en los barrios, entonces yo me lo replantearía, sinceramente», ironizaba Lobato, asegurando que no hay nadie actualmente que pueda generar una «movilización social brutal en poco tiempo» contra él como para retirarse y por el que merezca «la pena renunciar a todo el trabajo hecho por miles de militantes en todos los rincones de la región» .

El apoyo territorial

Otro de los mensajes recurrentes, especialmente en las últimas semanas, es que ha recibido mensajes de apoyo y llamadas de alcaldes para trasladarle «su apoyo una vez abierto el proceso» porque entienden que es «prioritario que el proyecto continúe en Madrid».

Desde el equipo de Lobato han insistido a Europa Press que el apoyo de los militantes se gana «pateando agrupaciones, municipios y distritos de Madrid» y que eso llevan haciendo «dos años y medio y sin primarias a la vista».

«No hay mejor ejemplo de lo que significa el trabajo y la perseverancia que lo que a diario hacen los alcaldes, concejales y portavoces socialistas madrileños en los 179 municipios de la Comunidad de Madrid», han remarcado.

El primer alcalde en mostrar su apoyo en público fue el de San Fernando de Henares, Javier Corpa, que gobierna con mayoría absoluta. «¿Y si probamos a consolidar un liderazgo y un proyecto?, igual acertamos, porque cambiar de liderazgo y proyecto cada 4 años, ya sabemos que conduce al fracaso», planteaba en redes tras sonar Óscar López.

Se ha sumado también el regidor de Parla, Ramón Jurado, quien ya apoyara a Lobato ante Javier Ayala en 2021. «En esta ocasión, y a las puertas del nuevo proceso, mi convicción es mayor si cabe. He comprobado en primera persona el compromiso de Juan con los madrileños y madrileñas en general y con Parla en particular», apostillaba.

Una lista de unidad

Lobato continuaba el pasado lunes asfaltando su camino a las primarias cuando se reivindicaba también como «la vía de unidad» dentro del partido y aseguraba contar con la «inmensa mayoría del apoyo de la militancia». Aún así, añadía que los opositores tienen el derecho a presentar una alternativa.

«Aún tienen tiempo», apuntaba Lobato, apostillando que en el caso de que no llegara a haber otra lista sería la primera vez en 30 años que sucediera en la federación madrileña --desde 1994 con Rafael Simancas-- dada al choque interno.

Pero nadie en el PSOE madrileño valora esa posibilidad. «Dice que no hay una Michelle Obama como si él fuera Barack», respondían, entre mofas, este jueves a Europa Press fuentes del bando crítico, que continúan a la espera de que se designe un candidato, que dan por hecho que llegará ya después del Congreso Federal de Sevilla en el que el foco tiene que estar en Pedro Sánchez y en el proyecto nacional.

"el consenso es que no puede seguir", dicen críticos

«El consenso de norte a sur y de este a oeste es que Juan no puede seguir», aseguran a Europa Press las mismas fuentes, que afirman que desde el equipo de Lobato se ha pedido a los alcaldes que muestren su apoyo al actual secretario general en redes sociales, pero con «poco éxito».

De momento la prudencia se ha impuesto en los territorios. «El único que está hablando de esto es él», señalan en el bando de los contrarios a Lobato, quienes han reprochado la estrategia de intentar «presentarse como víctima» de Ferraz cuando en 2021 contó con su apoyo.

Creen, además, que al centrarse únicamente en su figura y en las primarias se ha reincidido en un error: no aprovechar un momento de debilidad de Más Madrid con el 'caso Errejón' para comerle voto, en este caso el de las mujeres y feministas «huérfanas» con el partido de Mónica García. «Ahora deberíamos estar para sacar votos a Más Madrid y estamos en la estrategia de Ciudadanos», rematan estas mismas fuentes.