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TONI LIMONGI Pequeños ingenios mecánico-musicales, feria de monstruos, piezas rescatadas del «rastro», objetos salidos de los cubos de basura, robots, cajas de música, ingeniosos «Scalextrics», payasos, cochecitos y hasta 70 figuras componen «L'Estrafolària col·lecció de juguetes de Jaume Joan Rosselló», uno de los coleccionistas «más jóvenes del mundo». La muestra, patrocinada por el Govern Balear, se inauguró ayer en la planta baja del Casal Balaguer.

LLovonoy, un simpático actor-payaso mallorquín, es el encargado de guardar y mostrar estos iconoclastas juguetes a los visitantes. El curioso personaje también se encarga de intervenir los juguetes, dotándolos de mecanismos eléctricos y mecánicos para que adquieran movimiento. «Los juguetes no tendrían que ser para críos, de hecho los mayores somos los que compramos estos caros entretenimientos», dice el enigmático personaje.

Con esta muestra queda demostrado que se pueden realizar ingenios «a partir de la basura, del rastrillo, sacándolos de su sitio para darles una nueva lectura», en palabras de Llonovoy (sospechoso alter-ego de Jaume Joan Rosselló).

Éste explicó ayer el proceso de creación de algunas de sus criaturas: «Una vez fui a la última clínica de muñecas de Palma y me encontré con una colección de ojos. Poco después incorporé uno de estos glóbulos oculares a un muñeco mecánico: para unos puede ser algo tétrico, para otros surrealista, para algunos maravilloso».

En la exposición también ha intervenido el artesano y antiguo fabricante de bicicletas, Lluís Tabart (presumiblemente otro personaje muy cercano a Llonovoy). La exposición más estrafalaria está servida.