Albert Boadella presentó ayer en Palma el nuevo montaje de Els
Joglars, «Daaalí», una obra sobre la vida del genial artista que se
representará en el Auditòrium de Palma del 7 al 17 de septiembre.
Histriónico y provocador, Boadella se mostró un gran seguidor de
Salvador Dalí: «No tengo nada de Dalí. No le llego ni a la suela de
los zapatos, aunque en muchas cosas me siento identificado con él»,
explicó.
Tal y como declaró el director, la obra presenta a un Dalí,
próximo a la muerte, que tiene su «último delirio y hace un repaso
de distintos aspectos de su vida y se encuentra con los personajes
que le han marcado». En este sentido explicó que «presentamos en
esta obra un hombre que se quiere conservar niño toda la vida, pero
no en el sentido de Peter Pan, sino en un sentido creativo. Dalí
bloquea su pubertad porque piensa que la masturbación y el
voyeurismo son mejores que la sexualidad directa».
Boadella se mostró partidario de la provocación, un arte en el
que tanto él como Dalí eran expertos. «El artista siempre ha de
provocar, lo que sea. Lo único que no puede provocar es
aburrimiento. Dalí era provocador porque siempre decía lo que
sentía», manifestó. Para este autor y director teatral, en una
sociedad tan políticamente correcta como la actual «Dalí sería un
marginado total. Apareció en un momento en que había mucha más
libertad práctica. Hoy, que en todos los campos hay una gran
libertad, la gente no la ejerce», cree Boadella.
Con «Daaalí» Els Joglars cierran una trilogía que se completa
con Jordi Pujol y Josep Pla. «Los tres eran grandes trabajadores,
los tres únicos de Cataluña, el resto somos gandules. Pla y Dalí
eran dos grandes personajes; Pujol sólo un cuarto de personaje. Si
tuviera que elegir me quedo con un trozo de Pla y otro de Dalí. A
Pujol no lo quiero para nada», declaró Boadella.
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