Retratos, desnudos femeninos en interiores con gatos, "animales que
representan un símbolo, una clara alusión al hombre", y paisajes en
acuarela. El expresionismo se instalará en la galería Horrach Moya
con la pintura de Eduard Vich, que se cuelga a partir del próximo
martes bajo el título «Persona».
El artista indaga en hombres y mujeres para atraparles el alma y
lo hace porque mediante «el estudio de la persona llegas al
conocimiento de la mente humana». El retrato es para él, en estos
momentos, esencial en su pintura. «Lo encuentro fascinante porque,
a través de ese conocimiento del que le hablo, he descubierto cosas
en mí que antes no había visto». «Los retratos exigen una gran
concentración porque, a veces, los personajes intentan
despistarte».
A Eduard Vich le gusta hablar de sus pensamientos, que vuelca en
la pintura. Por ejemplo, del erotismo, en el más amplio sentido de
la palabra, erotismo como un sentimiento que impregna la vida.
«Creo que es la fuente que te mantiene para seguir adelante. Sin el
erotismo y una pasión poderosa pierdes matices, y cuando tienes
claro todo lo que representa lo que pierdes son tabúes».
Diálogo con mente abierta es lo que reivindica el pintor. «La
comunicación entre las personas es importante porque los seres
humanos somos más expresionistas de lo que parecemos, no somos
figurativos porque los gestos no son como pasos de danza». Y el
expresionismo, otra de sus constantes pictóricas, también se
encuentra en sus acuarelas de paisajes pintadas al natural. «Sí,
las acuarelas te llevan a él porque te das cuenta de que la
naturaleza no es tan definida como creemos. Además, yo, que
constantemente hago tantos gestos, llevo el expresionismo
conmigo».
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