Los Magos de Oriente, ofreciendo sus presentes al 'Bon Jesús'. Foto: CURRO VIERA.

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Políticos, periodistas y artistas demostraron ayer en Ses Voltes sus dotes para la interpretación. Fue en la representación de «L'Adoració dels tres reis d'Orient», el auto sacramental de Llorenç Moyà con el que los palmesanos celebran el día de Reyes.

En esta ocasión, el tiempo se portó bien con público y participantes, sin embargo, hubo un momento en el que los encargados de la tramoya tuvieron que vérselas con un intento de vendaval que no llegó a mayores pero que amenazó con arrasar las telas que simulan la cueva de Belén.

Los improvisados actores cumplieron con su cometido. Hubo pocos desmemoriados, asistidos por un maestro de ceremonias muy atento, que hacía de apuntador, y una fidelidad al guión que resultó algo plana porque las puyas políticas no abundaron. Sólo quienes encarnaron a los Magos, pajes y secretarios añadieron de su cosecha al texto alusiones al Pacte de Progrés, Pla Mirall y Palma II pero, en general, la sangre no llegó al río.

Fue Miquela Lladó, en su papel de Sibil.la, quien puso la nota musical de altura en 2001. Y, algo no muy habitual en él, Joan Fageda llegó cuando ya había comenzado el acto lo que no impidió que, con su eterna sonrisa, tuviera tiempo de escuchar las gracietas con las que le obsequiaron aquellos actores de opciones políticas contrarias a la suya.