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«Los mallorquines van dejando, poco a poco, de ser los dueños de Mallorca». Así de categórico se mostró ayer el escritor y colaborador de Ultima Hora Baltasar Porcel cuando se refirió a la gran cantidad de alemanes que compran terrenos en Mallorca. Y añadió: «Vienen a apoderarse de nosotros y nos desplazan por la única razón de tener más dinero. El mallorquín deja de ser el dueño de la tierra y se convierte en el jardinero, el cocinero o el chófer del alemán».

Porcel realizó estas declaraciones durante la presentación de la conferencia «La gran creació mediterrània», que ofreció en la noche de ayer en el Centre de Cultura Sa Nostra dentro del ciclo Visions de Patrimoni. El escritor de Andratx recordó una frase de Georges Duby que asegura que el patrimonio mediterráneo es una cosa viva, que habla y actúa. «Esto es cierto, ya que si tú, por ejemplo, vas a ver un castillo y no conoces su historia, su contexto cultural, realmente no conoces el patrimonio, estamos hablando de arqueología», dijo. Porcel se mostró partidario de entender el patrimonio desde un punto de visto amplio: idiomático, histórico, artístico, cultural y, también, paisajístico.

Fue a raíz de este patrimonio paisajístico por el que Porcel empezó a hablar de la destrucción del territorio que se está produciendo en Mallorca y que calificó de «mostruosa, escandalosa». Cito el caso de Calvià, «un municipio por el que paso cada vez que vengo a Mallorca y que es una de las atrocidades más enormes cometidas en la Isla», afirmó. Porcel se mostró muy crítico con el «crecimiento indiscriminado que está sufriendo esta sociedad y que llegará a destruirla». Más tarde se preguntó: «¿A quien enriquece? ¿cuál es el sentido de todo este crecimiento?».

Porcel recordó que el Mediterráneo «es uno de los lugares del mundo con una mayor concentración de patrimonio artístico "sólo comparable con China" que ha sido creado a través de cambios de culturas y rupturas que han dado lugar a una gran variedad que ha enriquecido la cultura mediterránea». Es precisamente esta cultura la que Porcel da como solución para Mallorca, en un ejemplo parecido al de Grecia, Italia y Egipto, «que viven de su riqueza patrimonial». «Esto es posible en Mallorca si creas una estructura en la que la Isla sea el centro de una cultura, una literatura y una historia... si ligas esta historia con la de España, con la del Mediterráneo. Se trata de dar contenido a toda la riqueza cultural que tenemos», afirmó este intelectual.

Porcel también se refirió a las declaraciones del rey Juan Carlos en las que aseguraba que el castellano nunca se había impuesto a ninguna lengua. Porcel trasladó la responsabilidad al Gobierno, autor del texto del discurso. «El castellano ha servido a menudo a las fuerzas reaccionarias como lengua de imposición, aunque también es cierto que puede ser y ha sido una lengua de encuentro», dijo. Y añadió: «Los que piensan así son gente que tiene una actitud mental totalitaria. Hacer discursos así va contra el mismo castellano».