«Mamá, ayúdame» o «¿Cómo se hace?» fueron las frases más oídas ayer
por la mañana en la Fundació Pilar i Joan Miró. El centro celebró
la onomástica del pintor con una jornada de puertas abiertas para
toda la familia. «Queremos cumplir con la voluntad del artista:
reunir a pequeños y mayores», en palabras de Aurelio Torrente,
director del mismo.
Durante toda la mañana, los más jóvenes pudieron experimentar
con el arte. Jugaron a ser artistas en los talleres. «Estos actos
sirven para que mis hijos aprendan todo aquello que en la escuela
no les enseñan, que no sea sólo mirar, sino también tocar», comentó
Concepció, mientras observaba cómo sus hijos aprendían a hacer
haikus en un taller. «Un haiku es una poesía tradicional japonesa
que Miró plasmó pictóricamente», explicaba Néstor Romero, el
profesor. «Vamos a hacer uno».
La danza acompañó al arte. «Nuestra formación comparte
referentes artísticos con Miró», dijo Maria Antònia Oliver,
directora de la compañía que lleva su nombre y que representó
«Bobot». Los cuentacuentos, por su parte, narraron en la biblioteca
en qué consiste un libro de arte. Toda la familia disfrutó, tanto
niños como adultos. Los que más, los pequeños como Carlos. «Si se
mezcla el pigmento y el látex sale la pintura», explicaba.
Mientras, su madre no perdía detalle. Tal vez sea un nuevo
Miró.
Noche de flamenco, guitarra y poesía
La XLI edición del Festival Internacional de Cante de Las Minas se
presentó ayer por la tarde con música, baile y poesía. Antonio San
Cler recitó poemas de Lorca y Kipling, entre otros, acompañado por
Benjamín Habichuela. El flamenco lo puso el espectáculo de Nadia
Márquez.
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