La Fundació Dionís Bennàssar de Pollença inaugurará el próximo 11
de agosto una exposición que, bajo el título «A Tito Cittadini,
l'amic», reúne una serie de obras que tienen como objetivo mostrar
el carácter más íntimo y próximo de este artistas argentino. La
muestra, coordinada por Gudi Moragues Jaulin du Seutre, directora
de la Fundació y colaboradora de Ultima Hora ,
estará abierta hasta el 16 de septiembre. Esta exposición se
incluye en el ciclo organizado con el fin de mostrar la obra de
aquellos pintores que fueron coetáneos de Bennàssar o que
mantuvieron una especial relación personal o artística con el
artista.
Cittadini y Bennàssar fueron dos creadores que mantuvieron una
gran amistad y, además, estuvieron muy unidos por la inquietud y el
afán de investigación tanto en el campo de los pigmentos, de los
materiales y de los soportes como en la expresividad plástica. Sus
obsesiones creativas eran la resolución especulativa de una
deformación consciente de la realidad, casi como una negación de
cualquier vínculo entre aquello que ellos creaban y los objetos
reales. Tito Cittadini y Dionís Bennàssar iban juntos a pintar a
plein air y uno de sus juegos preferidos era pintar la misma
panorámica para poder verificar como era plasmado por uno y por
otro.
Fue de esta manera como salieron cuadros con idéntico título
como los autorretratos «Yo», los paisajes «Pont Romà», «Invierno»,
«Nevada en Pollença», «Barcas» o «Fornells». Esta última obra lleva
la siguiente inscripción: «En el puerto de Fornells pintaron juntos
los seis», que se refiere al viaje que realizaron en 1945 a Menorca
con motivo de la exposición conjunta de Tito Cittadini, Dionís
Bennàssar, Pascual Roch y Robert Romaugé en Maó. Tal y como explica
la directora de la Fundació, Gudi Moragues, «es por este motivo que
el hilo narrativo de la exposición se ha centrado en el aspecto
personal del amigo, el maestro, el teórico, el compañero de
tertulias... y en reunir obras de su entorno vital, como son los
retratos de sus esposas, Madeleine y Consol; el autorretrato con el
cual se sentía más identificado; el cuadro que fue el regalo de
bodas a los hijos de su segunda esposa; los dos retratos hechos a
su amigo Dionís y algunas de sus primeras pinturas en
Mallorca».
La muestra incluye también la última obra pintada por el artista
justo antes de enfermar, además de puntuales testimonios
representativos de los años vividos en Pollença. «Se trata de obras
de una significación personal importante y que sus descendientes
han tenido la gentileza de ceder para esta exposición dedicada a
una figura capital dentro de la historia de la plástica
mallorquina», dice Moragues. Sobre su obra, la directora de la
Fundació Dionís Bennàssar asegura que «se podría hablar de
romanticismo, lirismo y naturalismo; por lo que se refiere a
escuelas, su trayectoria pictórica nos remite al clasicismo, al
barroquismo y al impresionismo, pero su aportación creativa en el
mundo del arte va más allá y supone una excitante y subjuntiva
renovación del concepto, del tratamiento de la naturaleza y de la
manera de hacer y entender la pintura».
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