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LAURA MOYÀ La península con Cádiz, Málaga, Valladolid. Sudamérica con Buenos Aires y Uruguay, entre otros países. Como puente y en medio de tanto viaje, Pollença. Marina Rossell actúa esta noche en el claustro del Convent de Sant Domingo, donde presentará sus tres últimos discos y las canciones de toda la vida. «Canté en este mismo lugar hace diez años. La acústica es maravillosa. Parece que los monjes pensaron que, algún día, la música estaría presente en este sitio», comentó la cantautora.

Centroamérica está presente en el último álbum de Rossell, «Y rodará el mundo», «un cuaderno de geografía con canciones portuarias, de idas y venidas», en palabras de la autora. Viajar, conocer otras músicas, le ha permitido adentrarse en otros sonidos. «He partido de mi propia fuente, el Mediterráneo, para poder hacer la travesía musical por otros países». Además, según ella, una canción «siempre la puedes llevar hacia tu país».

«Y rodará el mundo» es el segundo trabajo en castellano de Marina Rossell tras «Ha llovido». «No siento que el castellano sea una lengua maldita, ninguna lo es. Todo depende de cómo se traten». Rossell confesó que cantar en castellano le ha permitido hacerlo en catalán en lugares en que antes no habría podido hacerlo. «He podido reafirmar que vale la pena arriesgarse, que se puede romper con lo que siempre se ha hecho». Respecto a la música que se hace hoy, la cantautora lamentó que esté sometida al momento en que vivimos y al uso que se le da. «Un cantante está valorado según lo que vende no por lo bueno que pueda ser». Dice que la elegancia se ha perdido y que prima el producto y el espectáculo por encima de todo.

Para ella, la música es «emoción, alegría, ironía, descripción». Cuando termine su viaje por Sudamérica empezará un nuevo proyecto. «Tengo apuntes, canciones, pero quiero terminar mi gira para ponerme a trabajar en ello», comentó Rossell. En octubre viajará a Japón, cultura con la que es «más difícil establecer un vínculo». Mientras, regresa a Mallorca, isla a la que se siente muy unida. «He recorrido muchos pueblos».