"¿Cuál ha sido su principal motivación a la hora de
enfrentarse a un hombre sobre quien se han escrito ya tantas
páginas?
"Siempre me ha interesado muchísimo. No hay nadie que pase delante
de un edificio suyo y no se sorprenda. En 1986, ya existían unos
1.200 títulos sobre Gaudí. Pero había una parte que siempre se iban
copiando unos a otros, desde que Ràfols escribió su primera
biografía, en 1939. Por ejemplo, en el tema Pepeta Moreu, la mujer
a la que Gaudí pidió matrimonio, la referencia siempre era la
misma: cuando colaboró con la cooperativa obrera mataronense,
conoció a una maestra, de la que se enamoró, y punto. Siempre lo
mismo.
"¿Su principal aportación ha sido investigar en sus
relaciones humanas?
"Hablar sobre su arquitectura, sin tener la preparación técnica
adecuada, hubiera sido un atrevimiento, cuando, además, se ha
escrito todo. Así, lo que intento averiguar es qué motivo a Gaudí
en el momento de hacer cada una de sus obras. Este hombre, por
diferentes causas, parece que nació con 70 años y un cirio en la
mano. Y resulta que vino a Barcelona con 16 años y gozó de una gran
efervescencia. Tuvo su vida de hombre joven. Nunca se ha hablado de
este tema. Entonces, yo he hecho un paralelismo entre sus obras y
su vida. Sin ningún tipo de pudor por lo políticamente correcto he
transcrito todo lo que he encontrado.
"¿Cuál de sus hallazgos la ha sorprendido
más?
"Yo, que he leído todo lo que he encontrado sobre Gaudí, vi que
siempre hablaba fatal de los castellanos. Le ponían frenético. No
consentía hablar en castellano. Incluso, cuando vino una vez
Alfonso XII y fue a abrazarlo él se apartó, le habló en catalán.
Siempre decía que los madrileños no dicen más que tonterías, que
los castellanos son como polifemos, no tienen sentido. Para él,
Valencia, Catalunya y Balears eran el ombligo del mundo. ¿Qué
pasaba? Gaudí lo pasó muy mal con el Palacio de Astorga, que tuvo
que dejar con el segundo piso construyéndose. Los planos se los
tiraron abajo 40 veces, con anotaciones ofensivas. Fue una vez y
otra a Madrid y, encima, creo que no le pagaron nada. Cuando se
murió el obispo que lo eligió, lo dejó. De hecho, llegó a estar
encarcelado, horas, por no querer hablar en castellano.
"¿En qué momento de su vida llegó Gaudí a
Mallorca?
"En 1899, el obispo Campins, recién nombrado, va a Barcelona con la
idea de reestructurar la catedral de Palma, debido a la
modernización de la liturgia. Aquí, Gaudí le explicó sus ideas y se
quedó fascinado. En 1903, Gaudí fue a Mallorca y le presentó, en
pocos días, su proyecto. Hizo un par de cosas muy interesantes,
como abrir la capilla de la Trinitat, ampliar la catedral hasta el
fondo, despejó toda la nave. Con Jujol hizo unos dibujos en la
pared, pintando con letras rojas: 'Mi sangre caerá sobre todos
vosotros'. Cuando los canónigos vieron todo aquello, tuvieron su
primera enganchada con Gaudí. Por otro lado, cabe destacar el
baldaquino, que es una maqueta de lo que él diseñó: sólo una
séptima parte es de hierro policromado. Nunca se llegó a construir
el baldaquino verdadero.
"¿Cuál era el estado de ánimo de Gaudí cuando intervino
en Palma?
"Muy malo. En esa época estaba metido en siete obras a la vez.
Siete obras que rompían con todo lo hecho hasta entonces: la
Sagrada Família, la Pedrera, la Catedral de Mallorca, Astorga.
Siete obras estudiadas en todas las facultades de arquitectura del
mundo, porque rompían con la regla y el compás, fijándose en los
mecanismos de la naturaleza. Todo esto le llevaba a un desgaste
cerebral impresionante, además de ser un hombre que no tenía ningún
tipo de alegría personal. Fue un hombre de un solo amor. Entonces
tenía unos 55 años, edad en la que uno se replantea muchas cosas.
Los años de Mallorca fueron muy malos. Para colmo, murió el obispo,
su padre, su sobrina.
"¿Qué le parece la futura intervención de Barceló en la
Seu?
"Me parece un lujo. Quien sea aficionado a la historia sabe que
muchas catedrales e iglesias han llevado siglos de ejecución.
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