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Una cuarentena de fotografías ilustran en la Fundació Caixa Manresa, en dicha localidad catalana, la relación que mantuvieron el pintor Joan Miró y el fotógrafo Josep Planas-Montanyà, siempre desde Mallorca. Miró sentado, posando, entre sus cuadros, con su esposa Pilar Juncosa, pintando, mostrando su obra o en el umbral de su casa: así vio Planas"Montanyà a «Joan Miró i el seu món», título de la exposición, que se inauguró el viernes por la noche.

Una cuarta parte de las instantáneas son en color y ofrecen, desde la visión convencional del pintor tímido, sin mucha gracia para posar, hasta al artista en pleno fervor creativo. La primera imagen de la exposición, donde Miró es un elemento más en su taller de Son Boter, repleto de sus paisajes, deja bien claro la dimensión de la obra del artista. Planas"Montanyà se mostró satisfecho del montaje de la muestra en la capital de su comarca natal. Después de recordar diversos episodios de su infancia en Manresa y Cardona, además de su establecimiento en Mallorca, a partir de 1945, evocó el día en que conoció a Joan Miró, en 1959. Cuando «un periodista inglés vino a hacerle una entrevista, me encargaron las fotografías».

Pronto congeniaron, «porque le caí bien a doña Pilar», dijo. Y definió a Miró como «un hombre muy sencillo, muy tímido hasta que lo conocías». Así aparece en sus fotografías. De todas maneras, también tenía momentos de agitación. Planas recordó la entrevista que le dedicó Baltasar Porcel en la revista «Serra d'Or». «Porcel le pregunta, '¿qué es su pintura?' y Miró, alterado, se levantó de la silla, se metió en su casa, volvió con un caballete y un lienzo en blanco, agarró un puñado de tierra del jardín y dijo, visiblemente enfadado, 'esto es mi pintura'».