La pintora Cristina Escape realizó su última exposición en Mallorca
en el año 1993. Durante todo este tiempo esta artista se ha
mantenido de una forma voluntaria al margen de la vida artística.
Pero ahora ha decidido volver. Lo hizo el pasado mes de mayo con
una exitosa exposición en la Sala Dalmau de Barcelona y ahora
muestra su obra en la galería Marimón de Can Picafort, a la espera
de presentar en los próximos meses su nueva creación en Palma, en
la galería Joan Oliver «Maneu».
En Can Picafort Cristina Escape nos presenta una treintena de
obras que, como ella misma explica, «son una continuación de la
exposición que realicé en Barcelona». La muestra se inauguró el
pasado 15 de septiembre y todavía podrá visitarse toda esta
semana.
Esta pintora nos muestra una obra fruto de la madurez artística,
que denota que estos años de silencio no han sido de abandono, sino
de reflexión, de maduración, de aprendizaje. Si bien en la temática
no ha habido una gran transformación, que si una evolución hacia
las formas sencillas y el sintetismo, es en la técnica, en la
resolución de los cuadros, donde se nota más la consolidación de un
estilo propio, personal, en el que la sensibilidad y la armonía son
dos de las grandes características que destacan.
La sencillez no significa en el caso de Cristina Escape
simpleza. Sus obras son sencillas porque la artista quiere que sean
así, pero esta sencillez es fruto de un gran trabajo de
composición, de búsqueda de la perfección, la belleza. Como ella
explica «componer un cuadro me lleva un gran trabajo. Soy una
pintora que borro mucho, que cambio, que no me acabo de conformar
nunca con lo que hago». Así, sus cuadros se crean por eliminación
de elementos, no por sustracción.
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