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Por primera vez se organiza en España una exposición retrospectiva del pintor suizo Ferdinand Hodler (Berna, 1853 Ginebra, 1918), un montaje que reúne la obra de un artista marcado por la miseria y la muerte, pero con una férrea voluntad de convertirse en uno de los grandes de su tiempo. Tras su paso por Madrid, la muestra llega a la Fundació La Caixa y se abre al público mañana. Se trata de una oportunidad única para conocer a esta figura clave del simbolismo europeo, movimiento que, en pintura, reacciona contra el impresionismo a finales del XIX.

Los comisarios de la exposición, Caroline Kesser y Jura Brüschweiler, comentaron que, mediante esta exposición, con obras procedentes de colecciones particulares y museos, se quiere paliar el desconocimiento de la figura de Hodler en España, algo que resulta mucho más inexplicable cuando se descubre que en 1878, a los 25 años, viajó a Madrid en vez de al considerado centro de la modernidad de entonces, París, para seguir la huella de los clásicos pintando en el Museo del Prado. De esta etapa madrileña se muestran telas y dibujos donde, como apuntaron los comisarios, su pintura se adquiere una «luminosidad» que abandona al regresar a Ginebra.

Hijo de una familia humilde, comenzó pintando estampas de Suiza para los turistas hasta que su talento fue descubierto por Barthélemy Menn, que le tuvo bajo su tutela. El éxito le llegó a los 50 años y preludio del carácter «tenaz y luchador» del que hablaban ayer los comisarios, es el cuadro «L'estudiant» (1974), un autorretrato que le muestra «jurando fidelidad al arte».

En la exposición se reflejan todas sus etapas: el naturalismo de sus comienzos; el simbolismo, "del que fue más que un seguidor, según los comisarios", hasta las telas que se pueden relacionar con el expresionismo que surgía a primeros del siglo XX.