Nada más entrar en la iglesia de Sant Antoniet de Palma, el
visitante se ve invadido por sensaciones que embargan sus sentidos.
La vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto, todos responden
a los estímulos de una experiencia realizada por Guido Dettoni que
se inauguró ayer. «Àguiles» busca la interactuación del público, su
implicación y su integración.
«Se trata de una instalación que busca demostrar que la forma
puede ponerse al servicio del proceso», dijo el artista. Dettoni
reconoce que podría haber creado una pieza con «valor por sí
misma», pero no le bastaba. Buscaba algo más. Así fue como nació la
pieza clave, la madre de todas las demás, que se mantiene en un
acuario nadando junto a su simétrica. «Danzan constantemente
buscando su unión». El autor compara este juego de águilas con las
manos y sitúa su nacimiento en ellas. «A través de las manos entra
la información», aseguró.
El elemento táctil se alimenta de las pequeñas águilas de la
estancia. «Hay que tocarlas para experimentar». En el centro de
Sant Antoniet, una pieza de grandes dimensiones busca que el
individuo se implique con ella, que se siente o se suba encima.
«Sientes que puedes habitar en la obra». Dettoni reconoce que nunca
había propuesto una experiencia similar. «No sé cómo responderá el
público».
Sí sabe qué busca. «Esta experiencia es como una herramienta,
donde la persona se convierte en el protagonista y en la propia
obra de arte», explicó. Cada espectador interpreta lo que siente de
una manera distinta, según lo que la música y el olor que envuelve
la estancia le recuerdan. «El oído y el olfato son canales de
percepción, convirtiendo el proceso en una vivencia más completa».
«La gente está acostumbrada a ver el arte como un producto, alejado
de la evocación de las propias vivencias», aseguró. La pregunta es:
«¿Está preparada para ponerse al servicio de la obra?». La
respuesta, «hay que querer verlo y, para verlo, tienes que
tocarlo».
El espectador convertido en protagonista se transforma en el
centro. «La verdadera obra de arte no es el objeto, sino el
hombre», afirmó. El ambiente, las sensaciones y las sugerencias
actúan en el proceso hasta crear la interacción, al igual que el
tiempo. «Pertenece a la persona y a lo que la pieza le sugiere en
ese instante». Si logra su objetivo, «ver la obra de los
espectadores en ellos mismos», sentirá que está «comunicando».
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.