Un accidentado viaje en barco de Barcelona a Mallorca, con un
Mediterráneo más revuelto de lo que un estadounidense acostumbrado
a otros mares más bravíos podía imaginar, dejó al crítico literario
Harold Bloom bastante maltrecho, una desafortunada aventura que se
suma a las dos intensas jornadas vividas en la Ciudad Condal donde,
anteayer, recibió el Premi Internacional Catalunya dotado con
80.000 euros (algo más de 13 millones de pesetas). Con la salud
maltrecha, como ironizó, "«me habían dicho en EE UU que encontraría
el Mediterráneo como una pista de hielo»", ayer acudió a sus
compromisos públicos, una rueda de prensa con los medios locales y
una conferencia.
Fue una lástima que su amabilidad se viera empañada por el
escaso tiempo del que dispusieron los medios para un encuentro
relajado, debido a lo larga que resultó la presentación del
personaje por parte de quienes le acompañaban. Ensayista
controvertido en la cultura anglosajona, donde cuenta con acérrimos
partidarios de sus tesis a la vez que encendidos detractores, su
canon de la literatura occidental, con 26 autores, incluye a
Cervantes, aunque el culmen del mismo es Shakespeare. Del escritor
castellano dijo que si en el sistema educativo español los alumnos
adolescentes no leen al autor de «El Quijote» será un «desastre
cultural».
Si las consecuencias del viaje se lo permiten, y hoy se
encuentra menos fatigado, entre sus planes destacan una visita a
Secar de la Real, en cuyo monasterio vivió y trabajo Ramon Llull, y
a Valldemossa. Bloom, que apuesta por una literatura que ayude a
los lectores a conocerse mejor a sí mismos, como él asegura que
sucede con la de Shakespeare, cuya obra analiza en «Shakespeare, la
invención de lo humano» (Anagrama), dijo que los profesores, como
colectivo, no podrán hacer mucho para 'enganchar' a niños y jóvenes
a la lectura, responsabilidad que deja en manos del sistema
educativo que es el que puede establecer «los estándares». Y
respecto a las posibilidades de los padres cree que se trata de una
«voluntad individual».
En un país como España, con una de las cifras de lectura más
bajas de Europa, Bloom apuesta por los escritores clásicos
autóctonos que puede ayudar a los futuros lectores adultos a
desarrollar su «capacidad cognitiva». La falta de discernimiento,
de criterio propio, no les ayudará si «van de Harry Potter a
Stephen King». Tras declarar durante dos días en Barcelona su
admiración por la obra de Ramon Llull, a quien junto a J.V. Foix,
Salvador Espriu y Mercè Rodoreda destacó en Catalunya como los
autores de un canon catalán, el crítico y ensayista volvió a
calificar al intelectual mallorquín como «sobrehumano y
prodigioso», resaltando que es «más que un escritor de enorme
interés estético» aunque «no fácil de descubrir».
También resaltó su «gran capacidad especulativa y su aptitud
para absorber todo el conocimiento». «Teólogo más que pragmático»,
recordó su «feroz catolicismo», que quería convertir a judíos y
musulmanes. Bloom dijo también que un profesor estadounidense le
define como el fundador de la inteligencia artificial. Antes de
cerrar el turno de preguntas, recordó su interés por Joan Perucho y
su «Les històries naturals», «una novela fantástica», a la que
vuelve en ocasiones. Esta gira por los Països Catalans le llevará
también al País Valencià.
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