Una nueva puerta sellada y una cámara vacía fue «el enigma» que
desveló ayer un robot de alta tecnología introducido por la
sociedad National Geographic en uno de los más arcanos conductos
que recorren el interior de la Gran Pirámide de Keops. En un
programa en el que primó el espectáculo televisivo por encima del
rigor científico, los millones de espectadores que esperaban con
ansiedad ser testigos de una revelación histórica observaron
atónitos como detrás de la puerta únicamente se escondía una mínima
cámara vacía y también sellada.
«Hemos descubierto qué había detrás de la puerta y revelado que
el enigma continúa. Ese es el valor de nuestro hallazgo», dijo al
término de su aventura televisada el arqueólogo egipcio Zaki Hawas,
protagonista de la investigación. Con anterioridad, y todavía en el
interior de la pirámide, Hawas fue capaz de explicar, tras haber
observado durante escasos segundos la imagen difusa grabada por el
robot, que el segundo sello «es una pared más débil plagada de
grietas y huellas digitales de los antiguos egipcios».
Según el arqueólogo, esta nueva puerta «demuestra que las
pirámides fueron construidas por los egipcios» y rebate las teorías
de que fue una civilización superior la que levantó los edificios
de piedra más antiguos de la historia de la humanidad. «Aquellos
que niegan que los egipcios fueron los constructores de las
pirámides tendrán que tener la boca cerrada a partir de ahora»,
dijo a los periodistas un excitado Hawas. El egiptólogo también
reiteró su creencia en que los misteriosos canales fueron horadados
para que el alma del difunto faraón saliera hacia la eternidad.
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