El Gobierno de las Islas ingresará en torno a 12 millones euros
(2.000 millones de pesetas) como pago de los derechos de sucesión
de la herencia de Bartomeu March Servera. Después de años de
negociaciones en los que la familia, acogiéndose a la fórmula que
ampara la Ley de Patrimonio, quería liquidar una parte de estos
tributos con fondo de la biblioteca del mecenas, el Gobierno ha
decidido no aceptar el fondo bibliográfico completo y que el
impuesto sucesorio se saldará en montante líquido.
De esta manera prevalece los criterios de la Conselleria
d'Hisenda, que tenía que decidir la forma de liquidación de los
tributos, sobre los de Cultura, que trabajaba con la elección de
bienes culturales de interés para la Comunitat. No obstante, el
Ejecutivo continuará la acción que contemplaba la posibilidad de
incorporar al patrimonio balear una parte del fondo bibliográfico
de Bartomeu March, cómo se había planteado al inicio de las
negociaciones para la transmisión de la herencia del financiero y
humanista, las más importantes que se han llevado a cabo a los
últimos tiempos.
Al margen de eso, la administración autonómica rechazó adquirir
un óleo de Goya que aparecía relacionado en la herencia de Bartomeu
March. Los familiares ofrecieron el cuadro (catalogado como Bien de
Interés Patrimonial) como obligación ante el derecho de retracto
del Consell y el Govern, y después que ambos renunciaran a la
compra, los March Cencillo han dispuesto su venta por un valor de
18 millones de euros. Los herederos de Bartomeu March, que murió en
junio de 1998, tenían que pagar por los derechos de sucesión de la
herencia un total de 12 millones de euros a la Comunitat Autònoma.
Siguiendo los mismos criterios que con los herederos de Miró, se
mezclaba la posibilidad de liquidar entre el 30 y el 40 por ciento
del impuesto con obra de arte "en este caso el expediente sólo
recoge fondos bibliográficos", y el resto en dinero.
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