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José Manuel Ciria (Manchester, 1960) decía ayer que se considera más «un artista conceptual que un pintor». Su trabajo de los últimos tres años, reflejo de «distintas plataformas de investigación», se puede ver desde esta tarde, día de inauguración, en la Planta Noble del Casal Solleric.

La exposición, comisariada por Guillermo Solana, presenta varias series que se explican a través de dos maneras de abordar la pintura. Una, el automatismo, «la gestualidad», el derroche de pintura, que entronca con el expresionismo abstracto; la otra, la de las composiciones geométricas. Ciria, apuntó Solana, «es uno de los artistas más originales e intensos de su generación» que cuando a finales de los ochenta «se dio una crisis, un abandono de la pintura» él continuó trabajando este soporte «evitando refugiarse en el taller o dar vueltas a los mismos procedimientos». De este modo, «saliendo a la calle», trabaja en «constante exploración y anexión de nuevos territorios que no tienen que ver con la pintura». Como resultado de ello, por ejemplo, veremos la serie «Dauphin Paintings», grandes cuadros de vallas publicitarias pintados sobre una imagen previa, enormes collages en los que se apropia de los iconos publicitarios «enfrentando el color pictórico al fotográfico». El «estrépito callejero» también se cuela en «Paraules», otra de las series, que se inspira en las pintadas y graffitis de las paredes que dan lugar a cuadros desprovistos de retórica a base de lenguaje directo y agresivo. La más poética de estas series se titula «Glosa lírica», que Ciria describe como «más apegada a un planteamiento lírico donde hay un aprecio de juego entre figurativo y abstracto» a través de líquidos en movimiento. Según el artista, sería como una «ecografía de la pintura dentro de la pintura». Ciria explicó cuál es su método de trabajo al abordar más de una serie al mismo tiempo: «En vez de trabajar en un línea concreta utilizo plataformas teóricas de investigación de las que surgen parcelas diferentes según los intereses y todo ello se materializa en las series».

El montaje de la exposición será bastante espectacular, con una gran instalación en una de las salas, debido a que Ciria transciende el formato cuadro al uso. Así lo explica el comisario cuando dice que con este artista se «desborda la noción de cuadro, estalla este concepto». La muestra se titula «Teatro del Minotauro», aludiendo al recuerdo de «aquella bestia híbrida» en relación con la propia pintura, y a la del laberinto cretense, ya que la obra de José Manuel Ciria camina en «direcciones cruzadas».