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A punto de finalizar el edificio situado entre la Avenida Joan March y la calle Sant Miquel, en cuyos bajos aparecieron restos del bastión de Sant Margalida, vuelve de nuevo la polémica. El bastión tuvo que ser integrado en el conjunto de viviendas, cuyo proyecto sufrió una remodelación. Pero para el Grup d'Estudis de les Fortificacions de Balears (GEFB) esta actuación no ha sido suficiente. Ahora, mediante un escrito a Catalina Cirer, alcaldesa de Palma, se solicita que estos restos de las murallas renacentistas puedan ser identificados con una placa para que los ciudadanos sepan que existen y dónde están situados.

En un escrito presentado e Cort este mes, el GEFB expone que: «Las intervenciones realizadas en el solar situado entre las calles Sant Miquel y Avenida Joan March, -donde se encontraba el edificio racionalista de Can Segura/Olis Balle-, con la construcción de un edificio moderno afectaron a los restos del bastión anexo a la Porta de Santa Margalida». Y se añade que estos restos «emblemáticos» fueron «ultrajados» hasta el punto de «haberse vaciado el bastión para colocar en su interior la maquinaria de un ascensor». Ante la situación de «confusión» ante su actual situación en los bajos del edificio, en la fachada que da a Sant Miquel, se solicita que «sea colocada una placa de identificación de los restos en un lugar bien visible».

Angel Aparicio, responsable del GEFB, recuerda que «durante las tareas de construcción del edificio el bastión sufre mutilaciones, disminución de altura, daños en numerosas piezas de marés y lo que es peor, el vaciado interior». En 2001, tanto el GEFB como ARCA denuncian actuaciones irrespetuosas respecto al bastión y, antes, también había sido objeto de polémica la demolición de Can Segura, proyectado por Gaspar Bennàssar en 1913. Cuando aparecen estos restos de la puerta de la muralla por donde había entrado Jaume I, el CIM paralizó la obra y «se solicitó un replanteamiento del proyecto de la obra con la integración de los restos en el edificio», lo que, según comenta Aparicio, se «compensó a la empresa inmobiliaria con aumentar dos plantas del edificio».