Uno de los cuadros de Manacor mientras se restauraban. Fotos: CATERINA VENY

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Si hasta ahora sólo contábamos con Guillem Mesquida como única estrella local de la pintura barroca, debemos añadir un nuevo nombre, Miquel Pont Cantallops (Sant Llorenç des Cardassar, 1685 - Palma, 1755). Mañana se inaugura en la iglesia de Manacor la restauración de dos cuadros del artista, trabajo que se añade a los recién presentados en la parroquia de Sant Llorenç. Detrás de todo ello, como impulsor de una iniciativa para recuperar la figura y la obra de Pont en la que colaboran entidades privadas y públicas, se encuentra Marià Carbonell, profesor de historia del arte de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Carbonell se halla inmerso en el proceso de búsqueda, análisis y catalogación de las pinturas de un artista que obtuvo tres premios en la Academia Nazionali di San Luca de Roma. Cuatro de sus dibujos aún se conservan en dicho centro. Pont viajó a Roma para completar su aprendizaje donde estuvo, como mínimo, de 1704 a 1706. Marià Carbonell explicó que estas acciones, a las que se unirá una publicación, corresponden «a la línea de recuperación del patrimonio mueble barroco para que la sociedad mallorquina conozca que no sólo existió Mesquida, sino que, como Pont, hubo otros pintores que estudiaron en Italia y allí ganaron premios». Fue autor de una obra de «calidad más que notable». Carbonell ha ido publicando información sobre el pintor en el boletín de la Arqueològica Lul.liana y la «Gran Enciclopedia de la Pintura i l'Escultura a les Balears» editada por el Grup Serra.

Joan Domenge, profesor de historia medieval de la Universidad Central de Barcelona, se encargó de la coordinación técnico-científica de la restauración de los tres cuadros de Sant Llorenç que hizo Nani Alomar. «En este proceso no se descarta reunir parte de su producción pictórica en una exposición», dijo. Como características de su pintura señaló: «Composiciones bien ordenadas, sin detalles accesorios, pocas figuras y cánones alargados».