Uno de estos amigos recordaba ayer que, como niño de posguerra
que escuchaba la radio, tenía «un preciso conocimiento de la
historia del ciclismo nacional, incluido el mallorquín, se acordaba
de históricos como Poblet y otros». Buen gourmet, «le gustaba la
cocina mallorquina, la exquisita y la popular» y «hace unos años
estuvo en Calvià presentando un libro del poeta Jaume Vicens con un
discurso excelente cuyas notas llevaba apuntadas en un billete de
avión».
El escritor Joan Manresa recordó su «lucidez, un escrito corto
suyo, a menudo, aportaba más luz que muchas páginas de otra gente».
Para Llorenç Capellà, «es una gran pérdida para la literatura, pero
especialmente se le ha de reconocer por ser el gran narrador de la
Barcelona de los años sesenta a los ochenta y del catalanismo
popular». Rosa Regàs manifestó que la cultura ha perdido «uno de
los escritores más leídos y valorados y una persona de izquierdas
que ha sabido mantener sus tesis hasta el final». El crítico
literario Josep Maria Castellet, afirmó que «fue un político en
activo, pero también un escritor que supo cómo hacer una poesía
comprometida, aunque desde el alma del poeta». Según Maruja Torres,
«moralmente era parte de la gente necesaria» y Juan Marsé destacó
«su faceta periodística, ha sido uno de los comentaristas de
actualidad política más importantes en España en muchos años».
Marsé espera que, como narrador, «se le recuerde más que por el
detective Carvalho». Y rememoró el primer encuentro entre ambos, en
1960, cuando Montalbán le entrevistó para «Solidaridad Nacional»
por su primer libro. El Rey envió un telegrama de condolencia
recordando «el compromiso social» del escritor y «la lealtad que
mantuvo a sus ideas».
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