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El actor y dramaturgo Eduardo Pavlovski escenificará hoy y mañana en el Teatre Sans la obra «La muerte de Marguerite Duras». Los días 25 y 26 interpretará también «Potestad», una de sus creaciones más representativas y un auténtico clásico sobre la represión y tortura.

Pavlovsky, que también es médico terapeuta, dijo ayer que «me gusta el teatro de aventura, de riesgo. Siempre hay uno más oficial, y otro diferente, por el que siempre he apostado». El actor argentino aseguró que «Potestad» es «una obra que habla sobre aquella gente que, en la represión de la dictadura, adoptó a los hijos de represaliados. Es decir, los represores cuidaron -y se encariñaron- con los hijos de los torturados.

Para esos jóvenes se creó una difícil circunstancia al descubrir que sus queridos padres eran en realidad los ejecutores o carceleros de sus verdaderos progenitores. Es un tema de gran complejidad humana. Actualmente aún hay gente que se niega a hacerse la prueba del ADN, porque no quieren descubrir la verdad». Pavlovski asegura que «la izquierda ha criticado mi personaje, ya que interpreto a un raptor -médico de profesión- que resulta bastante simpático. Se trata de una situación extraña, pero que ocurre. Es un problema que aún hoy perdura».

Por otra parte, el dramaturgo se refirió a «La muerte de Marguerite Duras» como una obra en la que reflexiono sobre la muerte, el paso de los años, la pérdida de las intensidades...Es como si yo me riese de mi vejez. Es algo dramático, pero servido con humor. No tiene el tono serio de 'Esperando a Godot'».