Toni Albà y Sergi López todavía disfrutan con «Brams» 17 años después de estrenarla. Fotos: JOAN TORRES
14/11/03 0:00
En 1986, Toni Albà decidió estrenarse como director teatral. Para ello, fichó a un jovencísimo y por aquel entonces desconocido Sergi López de 19 años y le subió a un escenario como protagonista. Diecisiete años después, ambos regresan con la misma obra, «Brams o la kumèdia dels herrors», tras cuatro años sin actuar juntos y bajo circunstancias muy diferentes. Hoy, Albà triunfa en televisión y, López, hace lo propio en el cine, sobre todo el francés. La obra puede verse desde hoy y hasta el domingo en el Auditòrium y sirve para cerrar los actos conmemorativos del décimo aniversario del Teatre del Mar.
El paso del tiempo no ha influido en la estructura de «Brams» porque «es tan simple que la convierte en atemporal», afirmó López. Los años sólo han cambiado una cosa: «Hemos envejecido, engordado y estamos más decrépitos, pero nos divertimos más y, además, hacemos más creíbles nuestros personajes». Sobre todo López quien, cuando estrenó la obra, debía aparentar ser un director, actor y guionista con un aspecto «demasiado juvenil, aquél que se tiene a los 19 años».
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