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Una visita al estudio del pintor Ñaco Fabré revela que su obra ha emprendido nuevos caminos, que su lenguaje se ha «enriquecido» con otros elementos sin abandonar la esencia, que es la pintura. Presentará estas nuevas piezas en la próxima feria de arte contemporáneo de Lisboa con la madrileña galería Astarté. Será del 20 al 24 de este mes.

«Esta nueva obra incluye imagen fotográfica que está inmersa en la pintura porque la pretensión es combinar la idea de la imagen con la pintura, entendiendo que la imagen recuerda y la pintura revela». Fabré ha dado un nuevo paso sin modificar sus intereses plásticos. «La motivación es idéntica, concentrar la visión en un microcosmos o en las grandes extensiones que nos ofrece la naturaleza; es un paso más y una serie concreta, ese paso se puede convertir en otro, la cuestión es ir creciendo». Y su pintura ha crecido dentro de un lenguaje que ya puede «utilizar en un segmento muy amplio, porque me interesa expresarme en cualquier medio, y el regalo es poder aplicarlo a cualquier idea». Un regalo que procede del trabajo hasta conseguir lo que muy animado califica de «versatilidad bestial» que se revela en sus grafitos, en ese dibujo caligráfico que le caracteriza y que ha ganado en expresividad. Ñaco habla así de una caligrafía que ha ido madurando al mismo tiempo que la obra. «Veía que era como un río en continúo movimiento, que empezaba siendo pensamiento, se transforma en su interior y se convierte en dibujo».

Las nuevas pinturas de Fabré continúan surgiendo de «la misma fuente de motivación, la naturaleza en un sentido amplio, el campo, la humana y la urbana». Son obras que también expondrá en la galería Henseleit de Colonia y que se verán en la Capella de la Misericordia para la que prepara el proyecto «Pintura y naturaleza». Como el resto del sector del arte contemporáneo, Fabré espera mucho del Museu Es Baluard: «Sobre todo, que se incluya en un circuito internacional y nos traiga grandes exposiciones, poder viajar sin viajar, que es lo que necesita la ciudadanía», dice, «y que la colección permanente vaya creciendo, enriqueciéndose, actualizándose». El edificio le convenció: «Tuve la oportunidad de recorrerlo y me sentí muy bien, me entraron unas ganas tremendas de trabajar allí».