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La pintura de Ramon Company se caracteriza por representar la figura del hombre a nivel universal, sin los rasgos particulares que distinguen al hombre de la mujer. Cuando Nieves Barber, directora de Can Marqués, le pidió que realizara el V Belén para el Siglo XXI, llevó a la escultura sus hombres sin rasgos. El belén puede visitarse hasta el 7 de enero. «Cuando se me ofreció hacer este belén, dudé cómo plasmar la idea que tenía». Tras un año, logró centrarse. «Para poder realizar las piezas, me basé en la idea de cómo se conocería hoy el Nacimiento de Jesús», afirmó el artista. Si sucediera, «la noticia llegaría a través de los medios de comunicación». Por eso, ha representado a un grupo de figuras humanas mirando una pantalla, una televisión, en la que puede verse la clásica imagen del Niño Jesús al lado de la Virgen María y de San José. Una Virgen María y un San José sin rasgos que les diferencien que se sitúan de espaldas a la masa, una circunstancia que «no pretende ofender a nadie ya que sólo quiere presentar unas circunstancias. «La gente está más pendiente de lo que sucede en la pequeña pantalla que de la realidad».

Cada una de las piezas está hecha en yeso cerámico y pintada en un rojo chillón, un color que Company utiliza en su pintura. «Ha sido una manera de llevar a mi terreno las figuras». Además, el color «las hace más llamativas y más identificativas». «En la actualidad, sería bastante difícil poder ver un acontecimiento que pasa en la otra parte del mundo en directo». Sin embargo, sí se puede observar «a través de la televisión», que muestra «casi al instante» los sucesos. «Es interesante ver como los hechos llegan al instante, como se muestran cosas que están sucediendo en el mismo momento por la pequeña pantalla». Dos ejemplos: «El 11 de Septiembre o la guerra de Irak». «Se trata más de una democratización que de un retroceso o de una crítica a la sociedad actual». Es, sólo, una manera de ver un hecho desde el prisma del presente.