Coincidiendo con la celebración de la restauración de la Torre
de ses Puntes de Manacor, el escultor Joan Costa inaugura hoy una
exposición de esculturas que muestran su trabajo de más de una
década. «Se trata de una revisión comprendida entre los años
noventa al 2003 y recoge el trabajo en evolución tanto de formas
como de técnicas», como él mismo define este conjunto de 19 piezas
escultóricas reunidas en dos salas del espacio.
A principios de los años noventa, Joan Costa, introduce en su
trabajo la línea curva con la intención de conceder un «sentido de
movimiento sugerido o real en las propias piezas escultóricas».
Este elemento curvilíneo ya no desaparecerá nunca en la obra de
Costa.
A medida que pasa el tiempo, este escultor de la esencialidad,
la ligereza, la estabilidad, la pureza y la poesía, trabaja unas
«formas más sensuales y ligeras. Una ligereza que viene dada por el
progresivo afinamiento de los planos». No en vano las últimas
piezas de Costa -a partir de 2000- se asemejan a «hojas de papel»
asegura el escultor.
En las piezas que se exponen en la primera planta, Costa ha
llegado a una austeridad muy sutil lejos de los planos cerrados y
una mayor corporeidad de sus esculturas iniciales. A partir de
1995, Costa introduce, y así se puede contemplar en determinadas
piezas de la exposición, fisuras en incisiones en los planos. «Se
introduce el lenguaje del roto, que conlleva una sensación de mayor
agresividad».
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.