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Cuando Caty llega a Mallorca a principios de los años cincuenta, proveniente de Barcelona, se encuentra con una isla rural, represiva y cerrada. Acaba de quedarse sin sus padres y sus tíos le acogen en su possessió. Éste es el eje central de «El bosc de la senyora àvia», de Alexandre Cuéllar, la primera producción teatral de 2004 de la Fundació Teatre Principal. La obra podrá verse del 2 al 18 de abril en el Teatre Xesc Forteza de Sa Calatrava. En la rueda de prensa de presentación de la obra, los responsables del Consell quisieron salir al paso de las críticas vertidas los últimos días contra ellos desde el sector teatral.

«Se trata de una obra mallorquina prácticamente desconocida que forma parte de nuestro patrimonio teatral», aseguró Pere Caminals, director de la pieza. Por eso propuso «El bosc de la senyora àvia», porque «debe conocerse». «La historia ya plantea la disyuntiva entre escoger entre el campo y la ciudad, una disyuntiva que, hoy, el turismo ha decantado hacia la ciudad» y que, sin embargo, «es igual de válida».

Maria Àngels Largo es Caty, «un personaje que vive una evolución constante y que pide una implicación del cien por cien». Xisco Segura, Jordi en la obra, es su pretendiente. «También viene de una ciudad y es el contacto de Caty con su anterior medio, su balón de oxígeno». En medio, don Toni, papel encarnado por Joan Bibiloni. «Es el cabeza de familia, un hombre muy tradicional» que, cuando conoce a su sobrina, «cambia y se vuelca con ella». «Todos los personajes cambian según van cambiando las situaciones», dijo Caminals.